La demanda de proteína animal a nivel mundial sigue aumentando conforme aumenta la población, sin embargo, las restricciones derivadas del bienestar animal y la sostenibilidad medioambiental ponen un claro límite al incremento de la producción de carne de cerdo en base al aumento del número de animales sacrificados.

En este sentido los principales competidores a nivel internacional por el abastecimiento de mercados tan importantes como China, que debido a las peste porcina africana no recuperará una producción estable hasta 2027, hace tiempo que han cambiado su estrategia hacia la producción de más kilos de carne por cerda y año, dejando atrás el foco en seguir incrementando el número de lechones destetados por cerda y año.

España, a pesar de ser una potencia en producción porcina a nivel mundial, tiene mucho por hacer en este sentido, según se puso de manifiesto en la mesa redonda celebrada el día 2 de julio por Zoetis sobre producción de cerdos a pesos más altos.

Durante la misma, representantes de dos países que orientan ya sus producciones en este sentido, Canadá y Brasil, explicaron su experiencia y los cambios principales a realizar en la estructura de producción para incrementar el número de kilos de carne aumentando los pesos al sacrificio. Coincidieron en que la inmunocastración, junto a la genética, la alimentación y el manejo, juegan un importante papel en este sentido.

Jorge Correa, vicepresidente de Acceso a Mercados y Asuntos Técnicos en el Consejo de La Carne de Canadá, explicó que su país, con una producción cercana a los 27 millones de cerdos de engorde al año y siendo netamente exportador (72 % de la producción exportada en 2019), lleva 15 años trabajando en el incremento del peso al sacrificio de los cerdos. En este sentido, desde 2002, cuando el peso medio del animal al sacrificio en dicho país era de 108 kg (88 kg de canal), han conseguido en 2019 pesos de 128 kg al sacrificio con canales de 104 Kg.

El experto señaló que esta estrategia permite un ahorro en los costes de faenado, pero que encuentra su limitación en temas relacionados con el bienestar animal y las preferencias de los consumidores. “Adaptar las instalaciones y el transporte para evitar el hacinamiento  -explicó- y mejorar el manejo, la formación del personal, y la ventilación en granja son aspectos críticos para conseguir el éxito”.

Por su parte, Vicente Peloso, veterinario investigador del Grupo Sadia, en Brasil, explicó que, en su país, con 46 millones de cerdos faenados al año, un 83% de los cuales están inmunocastrados, la decisión de optar por incrementar el peso de los animales al sacrificio estuvo determinada por la evidencia de que al hacerlo, se incrementa considerablemente el rendimiento de las canales, con mayor porcentaje magro a igualdad de costes de faenado. “En cuanto a las posibles desventajas -dijo- al incrementar el peso al sacrificio puede producirse una mayor variación de pesos en los puntos de clasificación, con mayor porcentaje de canales grasas”.

Finalmente, Pep Font, veterinario co-fundador de SIP Consultors, analizó la situación de la producción en España, donde se han aumentado los pesos al sacrificio en los últimos diez años, con una media actualmente de 107-110 kilos, pero donde aún queda por hacer en este sentido. De hecho, nuestro país, con 2 821 kg vendido por cerda al año, está por detrás de sus principales competidores comunitarios, especialmente de Dinamarca (3 550 kg cerda /año) pero también de    Alemania, Holanda, y Francia.

Font aconsejó seguir aumentando los pesos al sacrificio para mejorar los márgenes, sin olvidar para ello “optimizar el espacio en cebo, minimizar el efecto veranos con sistemas de climatización en las granjas y ajustar la alimentación de los animales”.

El encuentro estuvo moderado por Alberto Álvarez, Food Chain director de la Unidad de Porcino de Zoetis España, y contó con la presencia de Miguel Ángel Higuera, gerente de la Asociación Nacional de Productores de Porcino (Anprogapor).