Introducción 

Aunque la vacunación de lechones frente a PRRS ha sido un tema controvertido, hoy en día nadie duda que es una medida más que puede resultar clave en la estrategia del control de la enfermedad, siempre y cuando se lleve a cabo de una manera coherente.

Es conocido que la vacunación va a reducir la duración de la viremia en caso de que el animal vacunado se infecte y disminuirá la diseminación vírica, reduciendo la transmisión de la infección. Este hecho es de gran ayuda sobre todo en aquellas explotaciones donde no es posible optar por la despoblación total o parcial de las instalaciones afectadas.

Para establecer una pauta o un protocolo que ayude a mejorar el rendimiento de los lechones, sobre todo en la fase de transición, es necesario, aparte de implementar unas correctas medidas de manejo y bioseguridad, realizar un completo diagnóstico de la situación para así obtener los mejores resultados de la vacunación.

Previo diagnóstico e interpretación de los resultados, dando sentido biológico a los mismos, se puede enfocar la vacunación de lechones bajo dos puntos de vista o criterios; como una medida de emergencia primero y como una herramienta estratégica después.

Vacunación de emergencia en la fase de transición

Cuando se produce un brote de PRRSV durante la fase de transición, si no se realiza ninguna intervención, por drástica que esta pueda parecer, el impacto de la recirculación puede ser catastrófico durante un largo periodo de tiempo, cursando con altas tasas de mortalidad y un incremento notable de infecciones secundarias oportunistas. Minimizar las consecuencias se convierte en un objetivo primordial. Esto se puede lograr mediante una vacunación de emergencia en los lechones. La base de esta estrategia sería inducir un nivel basal de inmunidad contra el virus en todos los lechones presentes al mismo tiempo.

La evaluación del riesgo beneficio de esta medida de urgencia se basa en la reducción de la mortalidad y en la reducción de signos clínicos de enfermedad. Seremos más efectivos en esta acción cuanto antes la hagamos y siempre que la realicemos con vacunas vivas atenuadas.

Como consecuencia de esta primera medida de choque podremos provocar viremias transitorias ya que el virus vacunal replica en el animal y, por lo tanto, podemos tener resultados de PCR positivas aunque sin consecuencias clínicas. Las técnicas de secuenciación vírica nos pueden orientar a la hora de interpretar los resultados de esta vacunación de urgencia.

Vacunación estratégica de lechones en el momento del destete

La vacunación de los lechones en un flujo estable a PRRS, tras la instauración de la inmunidad (2 semanas en el caso de Pyrsvac-183), reducirá la viremia en caso de infección y la excreción de virus así como la reducción de lesiones pulmonares y las consecuentes infecciones secundarias, cuestión muy importante hoy en día con la restricción del uso de antibióticos de manera preventiva.

La mejora de los índices zootécnicos y parámetros productivos será, además, un motivo económico que justifique la aplicación de una medida como es la vacunación de lechones de manera habitual en las explotaciones de porcino.