Tras un año de subidas en los precios en origen de la leche, desde julio se viene constatando una tendencia a la baja que los productores achacan a varios motivos. Uno puede ser el aumento de producción mundial de leche, impulsado en Europa por el fin de las cuotas lácteas, el aumento del consumo y unos precios al alza; y en otros países, como Nueva Zelanda, por la abundante hierba y una climatología favorable. Pero también puede estar detrás de esta tendencia a la baja el veto ruso. Al menos así lo cree Diego Moreno, vocal de la Junta Directiva de la Organización de Productores de Leche (OPL), quien considera que «el veto ruso es una excusa de la industria para bajar los precios en origen, pagar menos al ganadero y ganar ellos así más dinero».
Moreno sustenta sus sospechas en que «el veto ruso a los ganaderos españoles no tendría por qué afectarnos. Somos un país deficitario en la producción de leche. Pero Rusia también lo es. Nosotros no exportamos a Rusia salvo algún producto concreto y no deberíamos notar el veto». Aún así, la OPL sí reconoce que España puede sufrir los efectos secundarios de este veto ya que «si bien las exportaciones de lácteos hacia Rusia no son significativas, el sector va a verse afectado indirectamente por la prohibición. Las exportaciones a Rusia que ya no van a poder hacer Alemania, Holanda, Finlandia o Lituania van a redirigirlas hacia otros países de la UE, congestionando los mercados».
Respecto al paquete de medidas impulsado por la Comisión Europea para paliar los efectos de esta situación, Moreno asegura que «a los ganaderos no nos benefician porque no tenemos acceso a ellas. Para que lleguen a nosotros tienen que repercutir antes en toda la cadena alimentaria y con todos los agentes que hay va a ser difícil que lleguen hasta nosotros», sostiene. Y es que, recuerda la OPL, la Unión Europea ha aprobado un paquete de medidas para el sector lácteo, pero son medidas para la mantequilla, leche desnatada en polvo y ciertos quesos, a las que no pueden acceder directamente los ganaderos.
El incremento de la producción de leche es generalizado a nivel mundial. Sólo en Europa, países como Francia u Holanda han aumentado un 5 y un 6%. A nivel nacional, la producción también está al alza. Entre los ganaderos se achaca a la Administración la falta de concreción sobre qué medidas se adoptarán con aquellos productores que superen la cuota láctea asignada para esta campaña. «No sabemos si se va a multar, ni tampoco si la sanción la va a tener que asumir entera el ganadero o no», apuntan.
Ganaderos como Moreno consideran que la Interprofesional Láctea (Inlac) no está dando respuesta a las demandas de los productores. «Para afrontar problemas como los actuales es necesario unir a los ganaderos y tener una representación en la Inlac. Creemos que la OPL debería estar allí y luchar por los ganaderos ya que no nos sentimos representados en ella ni tampoco por los sindicatos», asegura el vocal de la Junta Directiva de la Organización de Productores de Leche.
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