Pregunta: ¿Cómo fueron tus primeros pasos en el campo de la reproducción porcina?

Respuesta: Mis primeros pasos en este campo fueron en la facultad de Veterinaria de Zaragoza, de la mano de la profesora Mª Victoria Falceto. Después fui desarrollando distintas competencias de nuestra profesión, primero en Llograsa y sobre todo en ARS Alendi, donde tuve la suerte de trabajar durante más de 11 años. Cuando empezamos el proyecto Thinkinpig junto a Luis Sanjoaquín entendimos que debíamos trabajar bajo áreas de especialización. A través del European Colegue Porcine Health Management, y de la mano de Quim Segalés y Enric Mateu, pude realizar una estancia en la Universidad de Leipzig con el profesor Johannes Kauffold y su equipo, donde empecé a trabajar en el campo de la ecografía reproductiva y a desarrollar un método de aplicación de dichas técnicas en el campo siguiendo, como al principio, con la ayuda impagable de la profesora Mª Victoria Falceto.

P: ¿Cómo nace la idea de fundar Thinkinpig?

R: Thinkinpig nace de la inquietud de dos veterinarios decididos a evolucionar profesionalmente y a afrontar nuevos retos juntos, para aportar nuevas soluciones y mejoras para el sector porcino.

Hace cosa de tres años Luis Sanjoaquín y yo decidimos unirnos y trabajar juntos sobre este ilusionante proyecto con el objetivo de crecer, tanto en el campo profesional como en el personal, y afrontar los retos que supone llevar adelante un proyecto de este tipo. No ha sido un camino fácil, pero la verdad es que estamos muy contentos. Actualmente trabajamos con un gran número de empresas del sector porcino, tanto a nivel nacional como internacional, ofreciendo servicios de asesoramiento y de formación. La verdad es que supone una gran motivación ver como las empresas, tras probar nuestros servicios, quedan muy satisfechos y se inicia una relación duradera que demuestra la confianza de las empresas en nuestro trabajo, y esto, a mi juicio, es lo más importante, la confianza de las empresas en nuestro trabajo y buen hacer.

Nuestra filosofía de trabajo es, simplemente, intentar ser lo más independientes y asépticos en nuestro trabajo de asesoramiento y al mismo tiempo, poner todos nuestros conocimientos y medios a pie de granja para ofrecer a nuestros clientes un servicio de máxima calidad. Somos conscientes de que si somos capaces de desarrollar bien nuestro trabajo en las granjas las empresas estarán satisfechas, por lo que no dudamos en poner todos nuestros recursos materiales y humanos en este fin. De hecho este último año hemos tenido la suerte de poder contar con la incorporación a Thinkinpig de dos jóvenes veterinarias, me refiero a Elena Caballer e Inmaculada Martín, que han dinamizado mucho nuestro proyecto. Honestamente tengo que decir, que aunque en un principio parecía que venían a aprender, al final estamos aprendiendo nosotros de ellas. Ha sido un gran impulso y una motivación extra para ser cada vez más activos y esforzarnos día a día por nuestro proyecto común que es Thinkinpig.

P: ¿Cuáles son las áreas en las que más desarrollas tu trabajo dentro del campo de la reproducción en las empresas?

R: Se podría decir que el método de trabajo se basa en 4 puntos.
Un punto importantísimo es el control reproductivo de la reposición, ser capaces de determinar el momento de inicio de la pubertad bajo las circunstancias propias de nuestra explotación y dar las soluciones óptimas tanto de manejo como el uso de los tratamientos hormonales adecuados para las cerdas en las que se retrasa la pubertad.

Otro punto que también resulta de vital importancia es saber manejar el intervalo entre ese primer momento de pubertad y la edad a la primera cubrición. También es importante determinar a cuantos celos queremos cubrir y el peso en el momento de la cubrición. Nuestra función consiste en recoger toda esa información y valorarla con la empresa para decidir los objetivos y el momento óptimo de cubrición para esa granja.

Otro aspecto sobre el que trabajo a nivel reproductivo es relativo a las dinámicas foliculares, es decir, buscamos establecer una relación entre lo que el granjero ve a nivel de granja (intervalo destete/celo, duración del celo, momento en que las cerdas entran en celo) con lo que se observa a través de la ecografía (intervalo destete/ovulación e intervalo celo/ovulación). A partir de todos estos parámetros podemos establecer programas óptimos de inseminación dentro de las explotaciones; entendiendo por programa óptimo todo aquel que no sólo consigue unos resultados óptimos, sino que además consigue unos buenos resultados con los menores recursos posibles, es decir, con estos estudios de dinámica folicular tratamos de ser no sólo eficaces reproductivamente sino también ser eficientes.

Y, finalmente, la otra parte en la que trabajo desde el punto de vista de la reproducción son los diagnósticos precoces por medio de la ecografía. Con este tipo de diagnóstico buscamos las posibles causas de esos fallos reproductivos, ya sean por causas infecciosas o no infecciosas, intentando dar respuesta a los problemas reproductivos que hay en las explotaciones. Habitualmente, en otros campos como en el de los problemas respiratorios o digestivos tenemos bastante claro cual va a ser nuestro método diagnóstico a utilizar; sin embargo, a nivel reproductivo parece que nos estamos centrado exclusivamente en el puro análisis de datos y no hay un método de diagnóstico bien definido. Consciente de esta problemática, en mi trabajo a nivel reproductivo, considero muy importante poner en práctica estos métodos de diagnóstico precoz para poder entender el origen real de los fallos reproductivos en las granjas.


P: ¿Cómo ve el futuro dentro del campo de la reproducción en el sector porcino?
 

R: Actualmente, y en términos generales, podemos decir que somos bastante eficaces a nivel reproductivo, aunque, en mi opinión, tenemos un poco olvidada la parte de la eficiencia. Creo que el futuro tendremos que ser mucho más eficientes, sobre todo porque tenemos que ser conscientes del gran valor que va a tomar en el futuro la genética. Las inversiones que están haciendo muchísimas multinacionales en el campo de la genética se van a traducir en mejoras productivas dentro de las empresas, pero esto tendrá un coste, y cuanto más eficientemente seamos capaces de trabajar dentro de las explotaciones menores serán los costes de explotación en las granjas.