El pasado 23 de junio, los ministros de Agricultura de la Unión Europea enviaron un mensaje contundente a la Comisión Europea: es urgente proteger las denominaciones de carne para garantizar un etiquetado claro que no induzca al consumidor a error sobre la verdadera naturaleza y el valor nutricional de los productos sustitutivos.

La solicitud de propuesta legislativa fue presentada por doce Estados miembros, entre ellos, España, y ha sido fuertemente respaldada por un total de 18 países, sin ningún voto en contra, lo que muestra el consenso europeo para avanzar hacia una regulación más clara en materia de denominaciones alimentarias.

Se insiste en el respeto a las normas de comercialización y la transparencia en el etiquetado.

El pasado 23 de junio, los ministros de Agricultura de la UE trasladaron de manera contundente a la Comisión Europea la necesidad de actuar con urgencia para reforzar la protección de las denominaciones de alimentos de origen animal y asegurar un etiquetado transparente que evite inducir a error al consumidor sobre la naturaleza y el valor nutricional de los productos sustitutivos, entre ellos los que imitan a la carne.

La propuesta legislativa, impulsada por doce Estados miembros -Chequia, Austria, Hungría, Italia y Eslovaquia, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Portugal, Rumanía y España- ha recibido el respaldo de otros 6 países de la Unión Europea, sin ninguna oposición, lo que evidencia un amplio consenso europeo para avanzar hacia una regulación más clara sobre las denominaciones alimentarias y cárnicas.

Los ministros debatieron sobre las preocupaciones en torno al etiquetado de productos vegetales y la importancia de respetar las normas de comercialización vigentes para garantizar la máxima transparencia en el etiquetado. Un debate que refleja la voluntad de avanzar hacia una regulación más clara sobre las denominaciones alimentarias.

Tal como ya advirtió ANICE en su comunicado del 19 de junio, esta iniciativa responde a una reivindicación histórica del sector, motivada por la proliferación en el mercado europeo de productos de base vegetal que imitan en aspecto, sabor, textura y también en el nombre a los alimentos de origen animal, generando una creciente confusión entre los consumidores.

Ante esta situación, para que se preserve la claridad de la información alimentaria,  los países firmantes han alertado de que el etiquetado de estos productos puede resultar engañoso, especialmente en lo que se refiere a su composición y a sus propiedades nutricionales, y han solicitado extender la protección que ya existe en el sector lácteo, recogida en el Reglamento (UE) 1308/2013, al resto de productos de origen animal, insistiendo en la necesidad de una regulación uniforme a nivel de la UE, para garantizar la coherencia normativa y proteger así a los consumidores. Y en la más reciente Directiva (UE) 2024/1438 de la miel.

El comisario de Agricultura de la Comisión Europea, Christophe Hansen, ha expresado su disposición a abordar esta solicitud en el contexto de la próxima revisión del Reglamento de la Organización Común de Mercados (OCM), bajo la premisa de encontrar un equilibrio justo entre la protección de los consumidores y el reconocimiento del trabajo del sector agroalimentario, con la promesa de actuar con rigor y proporcionalidad, apoyándose en un análisis sólido.

Desde ANICE acogemos con optimismo y satisfacción el anuncio de esta propuesta legislativa, que representa un paso importante hacia el fin de la apropiación indebida de las denominaciones cárnicas por parte de los productos vegetales, una práctica que ha contribuido a la confusión del consumidor.

En el ámbito cárnico, existen normativas muy claras que distinguen, por ejemplo, entre una «hamburguesa» y una «burguer meat», atendiendo a su composición y características específicas.

Con este objetivo, ANICE, junto con ANFACO-CECOPESCA (Organización del complejo mar-industria), AVIANZA (Asociación Interprofesional Española de la Carne Avícola) y CEDECARNE se unieron en 2024 bajo la iniciativa “Cada Cosa por su nombre” para reclamar una protección para las denominaciones de alimentos de proteína animal.

La Asociación celebra, además que España se haya sumado a esta acción colectiva, que representa en compromiso conjunto por una regulación clara y una aplicación coherente en toda la Unión Europea en defensa del consumidor y de respeto hacia el sector cárnico. 

“Ha llegado la hora de acabar con la hipocresía y el engaño a los consumidores y que cada cosa se llame por su nombre. Es el momento de proteger y tutelar el trabajo del sector ganadero-cárnico europeo y definir claramente que los ultraprocesados vegetales no puede apropiarse de lo que no les corresponde. Es de justicia y sentido común.”, subraya el director general de ANICE, Giuseppe Aloisio.

La Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE) representa a más de 600 empresas del sector cárnico distribuidas por todo el territorio nacional, incluyendo tanto a los grandes grupos empresariales como a un amplio número de pequeñas y medianas empresas que generan empleo y dinamizan la actividad económica en el medio rural. Las empresas integradas en ANICE alcanzan una cifra de negocio superior a los 28.000 millones de euros anuales, lo que supone aproximadamente el 75 % de la facturación total de la industria cárnica española, incluyendo los subsectores de porcino, vacuno, ovino y productos elaborados. 

La Asociación mantiene una presencia activa en los principales foros y estructuras vertebradoras del sector cárnico. En este sentido, representa a la industria cárnica en la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), a través de la cual forma parte de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). 

Asimismo, ANICE es miembro activo de diversas organizaciones cárnicas a nivel europeo, de las organizaciones interprofesionales del sector cárnico, y participa en plataformas y órganos clave como la Plataforma Tecnológica Food for Life-Spain, el Consejo Asesor de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), el Pleno del Observatorio de la Cadena Alimentaria y el Grupo de Innovación Sostenible (GIS). De este modo, ANICE se configura como la entidad representativa del sector cárnico en España, trabajando activamente para dar voz a las empresas del sector, defender sus intereses, fomentar la innovación y promover un modelo de producción sostenible y de calidad, alineado con las demandas de los consumidores y la sociedad actual.