Los productores españoles de cerdo blanco esperan que la nueva presidencia de Donald Trump, que comienza mañana, sea más proteccionista que la anterior, lo que dificultará el acceso de España al mercado estadounidense.

Miguel Ángel Higuera, director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), afirma que aún está a la espera de ver cómo la Administración Trump implementa esta política.

Aunque Estados Unidos no es uno de los principales destinos de exportación para España, sigue siendo un mercado «muy interesante», especialmente para productos elaborados y jamón.

El sector también está atento a ver si Trump decide fomentar la producción interna de grano y soja. Si esto ocurre, EE. UU. podría verse más necesitado de exportar, lo que podría beneficiar a países compradores como España.

En cuanto al acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur, Higuera considera que el principal problema radica en las «diferencias normativas» entre ambas partes y lamenta que el sector agroganadero se utilice «como moneda de cambio». Defiende que muchas de las normativas europeas sobre bienestar animal y sostenibilidad se crearon en respuesta a las demandas ciudadanas. Sin embargo, estas mismas administraciones europeas ahora están abriendo la puerta a productos que, según se supone, no son demandados por el consumidor europeo.

Higuera también ha señalado que el acuerdo representa una «oportunidad muy interesante» para el porcino brasileño, cuyo sector, con grandes multinacionales, ya tiene la mirada puesta en Europa como una «estrategia de posicionamiento global». No obstante, reconoce que aumentar las ventas de productos elaborados del cerdo en América sigue siendo complicado debido a la menor demanda en comparación con España.

Por todo esto, el sector se siente «emocionalmente fastidiado», ya que consideran que el acuerdo no equilibra adecuadamente las necesidades de ambas partes.

Sobre la nueva Comisión Europea, Higuera se muestra optimista porque su lema es «Competitividad», en contraste con el enfoque anterior centrado en la estrategia «De la granja a la mesa». Desde su perspectiva, la Comisión seguirá defendiendo las normativas sobre sanidad y bienestar animal, pero con un enfoque en la competitividad.

Sin embargo, también ve más riesgos en las políticas de la actual vicepresidenta de Transición Limpia, Justa y Competitiva, Teresa Ribera, quien sustituye a Frans Timmermans. Según Higuera, los sectores agrícolas y ganaderos tienen más que temer de las políticas que Ribera podría implementar, ya que su visión de la producción de alimentos y del medio rural es conocida y podría ir en contra de los intereses del sector.

A nivel sectorial, Higuera ha señalado que en 2024 se ha detenido la «sangría» de reducción de producción que venían arrastrando desde 2022, debido principalmente al impacto de la guerra en Ucrania y al encarecimiento de los insumos, pero también por las «exigentes normativas» comunitarias. Se espera un ligero repunte, entre el 0,7 y el 1 % anual, lo que indica un cambio de tendencia positivo.

En términos de rentabilidad ganadera, la situación es «positiva», ya que la estabilización de los costes ha aliviado algo la tensión sufrida desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania. Las exportaciones se mantienen, aunque producir dentro de la UE es cada vez más caro, lo que dificulta la competencia con países terceros. A nivel nacional, el consumo interno también está repuntando, lo que ha permitido frenar la caída de la demanda tras el pico de consumo durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19.

En cuanto a la sanidad animal, Higuera ha señalado que la Peste Porcina Africana sigue siendo una preocupación, especialmente tras los focos declarados en Alemania e Italia. Los productores españoles temen que el virus pueda expandirse rápidamente, por lo que cualquier medida preventiva es bienvenida, con especial énfasis en el riesgo de la entrada de «productos ilegales contaminados» con el virus.