El importe ha aumentado un 10% desde principios de año al pasar de los 31 a los 34 céntimos y se sitúa por primera vez por encima de los 33 céntimos registrados en 2008

Galicia ha pasado de tener las tarifas más bajas a estar entre las comunidades con mejores cifras

Que los precios mínimos de la venta de la leche permitan compensar los costes de producción. Es la eterna demanda de los productores lácteos. Los ganaderos gallegos marcaron los 36 céntimos por litro como la tarifa que permitiría hacer frente a los gastos sin tener pérdidas. Ese umbral todavía no se ha alcanzado pero el importe actual se mantiene en los 34,85 céntimos, lo que supone casi cuatro más que los 31 que consiguieron a principios de año con las presiones de los sindicatos y la huelga y un céntimo más respecto a la tarifa que se comercializaba el producto en 2008.

En lo que va de año, el precio de venta de la leche en Galicia ha subido en un 10,14% al pasar de los 31,27 a los 34,85 céntimos, según los datos de Unións Agrarias (UUAA). La subida es mayor en la comunidad gallega que en España donde en este periodo el importe ha crecido solo en un 4,53%. La diferencia entre las tarifas en Galicia -a principios de año las más bajas de España- y la media nacional se han acortado. En diciembre de 2012 los 31,27 céntimos por litro de leche suponían un 5,85% por debajo de los 33,1 de España. La situación está prácticamente equiparada con 34,85 céntimos en julio en el caso gallego frente a los 34,60 euros de la media nacional, lo que representa apenas una diferencia del 0,46%.

El responsable de la secretaría de ganadería de leche de UUAA, Javier Iglesias, señala que la sequía ha pasado factura en la Unión Europea con casos de caídas de la producción hasta en un 10%, tendencia que se repite también en los principales países productores de origen como Australia o Nueva Zelanda. Esta situación ha favorecido el aumento de precios sobre todo en el segundo trimestre del año y en Galicia -señala Iglesias- se ha notado más debido a las presiones de inicios de 2013 que se saldó con un compromiso de la Xunta de subir las tarifas, algo que no ocurrió en el resto de autonomías. La comunidad gallega debido a la evolución ascendente de diciembre a julio se mantiene entre las que venden la leche a un importe más elevado, solo por detrás de Asturias, Andalucía y Castilla-León.

El sector atribuye el aumento de los precios al convenio suscrito por la industria, bajo la tutela del Ministerio de Agricultura, por el que la distribución se comprometía a ir eliminando de forma progresiva la leche como producto reclamo. Los ganaderos consideran que este acuerdo otorgaría al campo gallego «la estabilidad que tanto necesita», aunque advierten de que los contratos homologados por un año entre industria y productor en los que este último marca las tarifas «no se hace en la práctica».

Desde Unións Agrarias también celebran que pequeñas reducciones en los costes de producción de materias primas han contribuido a «una pequeña recuperación». El precio de los cereales y la soja ha bajado de 500 a 420 euros por tonelada, la cebada de 210 a 160 y lo mismo ocurre con el maíz. Aún así, critican que estos descensos no han repercutido en el precio de los piensos, pero confían en que ocurra en las próximas semanas.

Pese al cambio de ecuación con precios de venta de la leche más elevados al mismo tiempo que bajan los gastos en materias primas el campo gallego sigue atravesando una situación «complicada». «Esto no es la panacea y solo nos sirve para respirar un poco», indica Javier Iglesias, quien indica que para salvar al sector es necesario que esta tendencia tenga «continuidad» y no solo «una tormenta de verano»