En la XXVI edición de los premios Porc d’Or, celebrada el pasado viernes 29 de noviembre en Huesca, Granja Romaniega, de la empresa Agrocesa – Vall Companys Grup, situada en la localidad de Caleruega, Burgos, se alzó con el premio Porc d’Or Zoetis a la Innovación gracias a su proyecto para la reducción del impacto medioambiental de los purines. Este galardón, englobado en los prestigiosos premios Porc d’Or a la excelencia en la producción porcina, reconoce la iniciativa o proyecto de innovación más destacado dentro de la producción porcina. 

El proyecto que ha hecho merecedora a Granja Romaniega de este galardón, es fruto de años de trabajo e investigación llevado a cabo por Silvio Nuñez Romaniega, propietario de la granja, y su socio Pedro Romera, cuyo objetivo ha sido reducir el impacto medioambiental que tienen los purines mediante la aplicación de un tratamiento microbiológico. El resultado ha sido el desarrollo de un cultivo de microorganismos, compuesto por bacterias y levaduras, que, aplicado sobre los purines, consigue reducir la emisión de gases contaminantes (como el amoniaco, el ácido sulfhídrico y el CO2), reducir el olor hasta casi eliminarlo, así como aumentar el poder fertilizante del purín.

Además, el purín tratado con este cultivo tiene un pH más ácido que los purines sin tratar, lo que genera un ambiente desfavorable para diferentes bacterias patógenas, como E.Coli, estreptococos, clostridios o salmonelas, reduciendo el riesgo de contaminación de los suelos por estos microorganismos. 

La disminución de gases nocivos en las balsas de purines evita que estos se evaporen y, por tanto, formen parte de la lluvia ácida. Además, se contribuye a mejorar las condiciones de bienestar animal dentro de las instalaciones y se mejora el balance de nitrógeno, aumentando el nitrógeno orgánico y disminuyendo el inorgánico. 

En relación con la utilización de los purines en campos de cultivo se consiguen, entre otros, los siguientes beneficios: se obtiene un purín más homogéneo, líquido y más fácil de repartir en el campo; no reseca la tierra, ya que la cantidad de sales es baja; y esta admite mayores cantidades de purín. Todo ello da lugar a mejores cosechas en distintos tipos de cultivo, siempre tomando como referencia parcelas contiguas. Por otro lado, se evita la manipulación de cubas tanto en el transporte como en su aplicación en el campo, previniendo la aparición de olores desagradables en núcleos urbanos cercanos al foco de emisión.

En definitiva, una iniciativa propia que responde a una necesidad real existente en el sector y que ofrece una solución sostenible para el tratamiento de purines.