Cathy Spears Shiloh Dairy

El objetivo obvio de cualquier programa reproductivo es preñar a las vacas y las novillas en el momento óptimo. Lo que ya no es tan obvio es cómo lograr este objetivo. Considero que el éxito de un programa reproductivo es la culminación de todos los esfuerzos invertidos en que las vacas y las novillas sean capaces de concebir. No hay una varita mágica; no conseguiremos nuestro objetivo a menos que veamos nuestros índices de fertilidad como un indicador de los éxitos o fracasos de nuestras prácticas de manejo.

Nuestra filosofía de trabajo reproductivo en Shiloh Dairy comienza con los terneros recién nacidos. Todas las vacas y novillas son inseminadas buscando que cada nueva generación pueda producir más leche, grasa y proteína, tener un mejor rendimiento reproductivo y tener menos problemas de cojeras, mastitis y enfermedades que sus madres. Con la gran cantidad de información disponible sobre toros, gracias a las pruebas genómicas, podemos seleccionar con certeza la genética en la que deberíamos invertir para lograr estos objetivos. Estos terneros son el futuro de la nuestra granja, y su valor intrínseco nos anima a darles los mejores cuidados para asegurar su bienestar.

El periodo de preparación ante la futura llegada de los terneros comienza vacunando a todas las vacas gestantes con tiempo suficiente para que puedan desarrollar una respuesta inmune significativa antes de producir el calostro. La primera serie de vacunaciones se aplica a 217 días de gestación y la última inyección se administra a 250 días de gestación. Secamos nuestras vacas a los 228 días de gestación, lo que les da un período seco de 55 días. De esta forma damos tiempo a la ubre para que descanse antes de la colostrogenia, ya que el calostro de alta calidad es crítico para el ternero recién nacido.

La experiencia nos ha enseñado que las vacas y novillas en preparto requieren una atención especial, ya que el nivel de producción en la lactación y el futuro rendimiento reproductivo dependen de un buen manejo del parto y del periodo de transición. Utilizamos una ración alta en fibra y baja en energía, y nunca superemos el número de plazas disponibles en la explotación. A los primeros signos de parto trasladamos a las vacas a los corrales de parto, con cama limpia y reciente. Siempre que sea posible, los animales deben parir solos; sin embargo, si es necesario ayudar a la vaca en el parto es esencial cuidar la higiene y hacer uso abundante de lubricante obstétrico. Las vacas recién paridas reciben un bolo de calcio justo después del parto, y les administramos un segundo bolo aproximadamente veinticuatro horas después. El 90% de las vacas recién paridas se trasladan al corral posparto, estas vacas son observadas diariamente, manteniendo la cornadiza bloqueada menos de una hora para manejar aproximadamente 90 animales.

El cuidado que demos a los terneros en sus primeros tres meses de vida creará las bases de su vida productiva. Con el objetivo de maximizar su potencial genético, cuidamos mucho su alimentación, las camas, la ventilación y la salud de los terneros. Diversos estudios científicos han demostrado que los terneros alimentados con niveles más altos de leche o lacto-reemplazante, para lograr una mayor tasa de ganancia media diaria (GMD), podrían llegar a incrementar la media de producción en más de 550 kg de leche en su primera lactación (Brad Heins y Hugh Chester-Jones, Investigación: Early Nutrition Critical, Agri-View, 23 de febrero de 2017). En dos artículos anteriormente publicados en esta revista se puede ampliar esta información sobre como manejar con éxito la recría. Un buen programa de alimentación para los terneros será la base para una buena salud y crecimiento.

El futuro genético de toda explotación de bovino lechero depende, en gran medida, de la elección de los toros. Para nosotros el criterio más importante en el proceso de selección de toros es la reproducción. El toro debe tener una facilidad de parto de 7,5% o menos para las vacas, y de 5,5 a 6,5% para las novillas, así como un Sire Conception Rate1 positivo; y buenas tasas de preñez y concepción en vacas y novillas. Nosotros comprobamos semanalmente las tasas de concepción de los toros que estamos usando para poder identificar y eliminar a los toros de bajo rendimiento tan pronto como sea posible. Una vez que hemos establecido una lista de toros que cumplen con nuestros criterios reproductivos, analizamos la producción, la salud y los rasgos de tipo.

Hay dos grupos de animales a considerar en cualquier programa reproductivo: las novillas de primer parto y las vacas en lactación. A las novillas las inseminamos por primera vez a los 13 meses de edad para que cada una de ellas haya sido inseminada, por lo menos, una vez cuando alcancen los 14 meses de edad. El objetivo es que la mayoría de las novillas paran a los 22-23 meses de edad. Con el fin de alcanzar el peso estándar de 340 a 365 kilos, o el 55% del peso corporal adulto, en el momento de la inseminación, las novillas deben alimentarse de forma que alcancen una GMD de 730 a 860 gramos por día. Nuestras novillas suelen alcanzar el peso recomendado para la primera inseminación a los 12 meses, por lo que la edad es el factor determinante para esta primera inseminación. El propósito de elegir toros que tienen una facilidad de parto de no más del 5,5 – 6,5% es minimizar las dificultades del parto que podrían conducir a futuros problemas reproductivos. Una novilla que tiene un parto fácil es más probable que haga la transición con éxito y que esté de nuevo lista para inseminarse en el tiempo establecido. Actualmente, nuestra tasa de concepción en las novillas es del 62%, teniendo en cuenta que utilizamos semen sexado en un 20%.

Sabemos que el estrés tiene un efecto muy negativo sobre la fertilidad de los animales. Nuestros siete lotes de animales en lactación se dividen en grupos de vacas para inseminar y vacas gestantes, con las novillas alojadas separadas de las vacas adultas, ya que éstas, normalmente, se muestran agresivas con las novillas. Mantenemos una densidad de ocupación de no más del 110% en lo que se refiere a los cubículos y cornadiza. Es imprescindible que las vacas tengan aire fresco, y para ello disponemos de un sistema de ventilación de túnel, que también es un sistema muy eficaz para el control de las moscas, que no son capaces de vencer la fuerza de la corriente de aire. El estrés térmico, que podríamos decir que es uno de los factores más limitantes de la concepción, se resuelve con un sistema de ventiladores y rociadores de agua, con ciclos de cinco minutos en los días más calurosos. Los cubículos tienen cama profunda de arena y un tamaño suficiente para poder acomodar a los animales. Trabajamos con un nutricionista experto que diseña una ración personalizada capaz de satisfacer las necesidades de energía de las vacas. Otros detalles tales como arrimar el pienso de forma regular, mover y manejar a las vacas en silencio, vigilar el estado de las pezuñas con especial atención a las vacas cojas, y, por supuesto, buenas rutinas de ordeño diseñadas para minimizar los problemas de mastitis, contribuyen enormemente a minimizar el estrés y a promover el bienestar del rebaño.

Con el tamaño que ha alcanzado nuestro rebaño, hemos visto que el momento de la inseminación es crucial. En nuestra explotación utilizamos un programa de doble-ovisynch para novillas y vacas lactantes. Tenemos un período de espera voluntario de 74 días. Este programa conlleva que la vaca correcta recibe la dosis correcta de la hormona adecuada en el momento oportuno. El verdadero objetivo del control de preñez es detectar a las vacas abiertas para que puedan ser reinseminadas. Hacemos ecografías en los controles de preñez a los 39 días desde el último celo porque la pérdida prematura embrionaria entre los días 32 y 39 es del 4-5%, por lo que encontramos más vacas abiertas a los 39 días. Sin embargo, comprobamos la preñez a los 32 días desde el último celo de todas las vacas y novillas con más de 190 días en la leche. Si están abiertas, ponemos un dispositivo intrauterino y una doble inseminación. Todos los martes chequeamos al ganado, e inseminamos los viernes por la mañana. Los animales de doble inseminación se inseminan el jueves y el viernes, por la mañana. Éste es un extra importante de nuestro programa de inseminación, ya que se dirige a las vacas en anestro, así como aquellas que ovulan temprano. Practicamos un manejo muy cuidado del semen y de las técnicas de la inseminación, y nos centramos en la puntualidad de la inseminación según las pautas del programa de doble-ovsynch.

Actualmente, la tasa de concepción de nuestros animales lactantes es del 44%, con un 50% de concepción para la primera inseminación y un 39% para la segunda y siguientes; y nuestra tasa de preñez es del 26%. Nuestro intervalo entre partos es de 12,9 meses.

Otra clave del éxito de nuestro programa reproductivo es el protocolo de sacrificio por fallo reproductivo. Si una vaca o novilla no queda gestante a los 235 días en leche, entrará en la lista de “no inseminar”, y será sacrificada cuando su producción de leche esté por debajo de 18 kg/día. Tenemos novillas de sobra para reemplazar a esas vacas, por lo que podemos permitirnos el lujo de sacrificar a las vacas para mejorar la reproducción.

Conclusión: Los detalles son lo que marca la diferencia, y todos los detalles deben ser tenidos en cuenta. En Shiloh Dairy, nuestra identificación e implementación de las mejores técnicas de manejo en todas las áreas del cuidado de los animales se ha visto recompensada con unas excelentes  tasas de fertilidad.