La pregunta, en un congreso itinerante con tanto arraigo como el de SEOC, es obligada, ¿por qué este año en Salamanca?

Por el emplazamiento -una ciudad universitaria histórica, monumental, bien comunicada y con alto potencial turístico-, por el entusiasmo y capacidad de los aliados locales que hemos consolidado -por la buena acogida del Ayuntamiento y de la Diputación así como de la propia consejería-, por el incuestionable aporte académico que supone ubicarnos en este campus, en la centenaria Hospederia Fon­­seca y colaborar con esta universidad y con el Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl) y por el evidente potencial y tradición ganadera de esta región. Son razones de peso…

¿Con qué previsiones de asistencia cuentan?

Éso es difícil de predecir porque siempre hay inscripciones de última hora pero seguro que superamos las cifras del año pasado, en la que hubieron casi 400 congresistas. Vaya por delante que sí hemos logrado una mayor implicación de los patrocinadores y más expositores.

¿Cuáles fueron las claves para la selección de SEOC como anfitriona del Congreso In­ter­­­na­cional de Veterinaria de Ovino?; ¿qué puede suponer la celebración en Sevilla de este macroencuentro mundial?

SEOC forma parte, como representante español, de la International Sheep Veterinarian Asociation (ISVA), que es la mayor y más prestigiosa organización veterinaria en ovino del planeta. Cuando acudimos hace unos meses a Harrogate (Inglaterra) al IX congreso para presentar nuestra candidatura lo hicimos orgullosos por el trabajo realizado pero sin de­ma­siadas esperanzas de poder arrebatar a Melbourne (Australia) y a To­ron­to (Canadá) la organización de este congreso, que se celebra cada cuatro años. Para nuestra sorpresa, nuestra candidatura fue muy bien acogida y contra todo pronóstico logramos traer a Se­vi­lla la celebración de este importantísimo evento, al que esperamos acudan alrededor de un millar de veterinarios procedentes de casi todo el mundo. El ovino-caprino, en términos globales, es un sector dominado por el mundo anglosajón, los mercados internacionales están acaparados por Australia y Nueva Zelanda por lo que arrancar este certamen y traerlo a un país latino como el nuestro era algo complicado. Evidentemente, es un motivo de orgullo haber logrado tal éxito, un reto a la vez que una oportunidad para que el sector pueda exhibir su modelo internacionalmente.

Y más allá del congreso, reparando en el programa de actividades paralelas, también se observan novedades…

Nuestro público, básicamente, sigue siendo el mismo pero queremos hacerlo más plural, que esta cita tenga una repercusión más amplia, una proyección económica, industrial e incluso social mayor. Atraemos a cientos de congresistas, la mayor parte de ellos veterinarios, pero nuestras ponencias y comunicaciones se alternan con mesas redondas de evidente interés para el productor, para el empresario, para la industria auxiliar y sin ser pretenciosos, aspiramos también a acercar este sector, aún demasiado desconocido, a la sociedad. Conocer el papel medioambiental, de afianzamiento demográfico del ovino-caprino, difundir el par­ti­cu­lar y plural modelo de negocio de este sector -tan diferente al anglosajón- debe ayudar tam­bién a mejorar su imagen, debe contribuir a su promoción. Así se entiende mejor que este año hayamos incluido acciones tan ‘coloristas’ -por decirlo de algún modo- como la celebración, en el casco histórico de la ciudad, de un showcooking en el que diversos afamados y prestigiosos cocineros exhibirán a los salmantinos novedosos ti­pos de cortes de la carne así como recetas con las que sacar el máximo partido a la carne de cordero. Éso o la mesa de debate que pre­via­mente, el día 20 y antes incluso de inaugurar el encuentro, celebraremos con re­pre­sen­tantes de las asociaciones de productores, cooperativas, sector comercializador, expertos en nu­trición humana y en consumo. Queremos con ello ir más allá y dar una radiografía de la situación del sector dando voz a representantes de todos los eslabones de la cadena.

Eso se sale del ámbito más propio, referido a la sanidad o a la nutrición animal… pero hay otras actividades más, como mesas redondas con temas no estrictamente ve­te­ri­narios. ¿Se está desnaturalizando SEOC como cita obligada para los veterinarios de ovino- caprino?

No, seguimos fieles a nuestros socios, que efectivamente son veterinarios en su mayor parte pero no sólo y de hecho, cada vez tenemos un perfil más plural entre nuestros miembros. Los socios de SEOC y los congresos que organizamos anualmente tienen un nexo en común: es­ta­mos abiertos a todos los técnicos vinculados con el ovino y/o caprino, tanto de producción cárnica como lechera. Ceñirse a la ciencia Veterinaria sería dar una visión restrictiva del ovino-caprino porque, incluso los veterinarios viven y están interesados en conocer otras facetas que no se refieren estrictamente a la sanidad, a la nutrición o al bie­nes­tar animal pero con las que conviven en su día a día. La mesa redonda del vier­nes, 22 sobre ‘Modelos de innovación em­pre­sarial en la comercialización de produc­tos derivados del ovino y caprino’ pretende dar ésa vertiente empresarial, de producto, en este caso sobre la industria transformadora de queso de cabra y de la que no pueden ser ajenos veterinarios, ganaderos, ingenieros agró­no­mos o biólogos. Hay que saber ligar las explotaciones con fórmulas empresariales, mo­de­los de negocio que apor­ten valor a través de la innovación en los procesos y en el mismo producto. Lograr éso pasa, no sólo por la mejora sanitaria -que también- sino por intrincar ésos cambios con las necesidades del mercado, con las demandas del consumidor.

Quizá, sin perder esta perspectiva, el debate propuesto sobre ‘granjas inteligentes’ sea, en un sector tan tradicionalista como el presente, el contenido ‘más rompedor’…

Eso lo averiguaremos tras escuchar las aportaciones de los expertos invitados. Pero sí, es una de las temáticas que más hemos trabajado, en la que más hemos cuidado el perfil de los po­nen­tes y sus contenidos. En pocas ocasiones hemos escuchado aplicar el concepto de ga­na­de­ría de precisión al ovino-caprino y es factible preservar el modelo tradicional de producción con ése otro, el de las ‘smart farms’ que ya empezamos a ver más asiduamente en el vacuno o el porcino. Im­ple­mentar, de hecho, algunos de estos avances en modelos tradicionales, en ex­plo­taciones pequeñas o de tamaño medio, también es más que posible, recomendable. Una “granja inteligente” no es nada ‘marciano’ es aquella que combina automatización y tecnología de la información para conseguir un sistema que integre y permita controlar todas las áreas de la explotación. Todas o algunas… claro. Esta mesa será, seguro, una fuente de inspiración, de ideas, para muchos.

¿Podría concretar, poner algunos ejemplos de cómo implementar estas nuevas tecnologías en el ovino-caprino?

En el ovino ya tenemos algunos casos de éxito consolidados y en el caprino los cambios comienzas ya a acelerarse. La identificación electrónica de los animales, la información obtenida en las salas de ordeño, los sensores colocados en los silos de alimentación, etc. todo ello permite conocer mejor el funcionamiento de la granja y facilita la toma de decisiones empresariales o veterinarias.

Y en cuanto a sanidad animal, ¿por qué una ponencia específica -la de apertura- para la agalaxia contagiosa?

La agalaxia es una enfermedad muy difícil de controlar y de fácil contagio que preocupa enormemente al sector lechero (tanto ovino como caprino) por su considerable impacto económico. En Castilla y León está teniendo una importante incidencia y tras un periodo de cierta incertidumbre la Junta ha puesto en marcha este año un programa voluntario de erradicación y control de esta enfermedad que merece la pena difundir. Desafortunadamente, en esta región y en otras es muy habitual que haya explotaciones de ovino contagiadas en las que los propios ganaderos no son siquiera conscientes del brote en su rebaño. El primer inconveniente que se encuentra el veterinario para estudiar el tratamiento de esta en­fermedad es delimitar la unidad epidemiológica. Es una cuestión bastante complicada, ya que está muy condicionada por el movimiento de los animales y ligada principalmente a la introducción de portadores. Estas circunstancias hacen que sea una enfermedad muy difícil de controlar y de fácil contagio.