El presidente de la interprofesional del ovino y el caprino de carne (Interovic), Raúl Muñiz, asegura que las ventas se han dado “bien” porque “se han incrementado” las exportaciones de corderos vivos.
Se trata de una tendencia que no sólo se ha dado estas últimas semanas, sino “desde que comenzó la pandemia” y a su juicio ha sido una de las claves para conseguir la recuperación del sector tras los primeras semanas de estado de alarma, cuando cerró toda la restauración española.
Muñiz apunta a “multitud” de barcos con destino al mercado musulmán en los últimos meses y, aunque no dispone aún de volumen de corderos enviados, sí prevé ese incremento de hasta el 20 % respecto al mismo período anterior.
En ese sentido, señala que la situación generada por la covid-19 no ha afectado al negocio al tratarse de una fiesta familiar, en los domicilios, que “no es masiva, sino más particular”.
“Es más privada y no hay tantos motivos para que sea suspendida por el coronavirus”, indica.
En cuanto a los destinos, Arabia Saudí se abrió recientemente al comercio y “sigue funcionando”, mientras que siguen copando las compras Libia, Líbano o Argelia.
Muñiz valora el trabajo de la industria para posicionarse en los mercados internacionales, más aún cuando “España, tradicionalmente, no ha sido exportadora”.
“Nos hemos incorporado al carro de la exportación hace muy pocos años” y la industria está realizando un esfuerzo “ímprobo” para llegar a esos destinos.
Tanto la producción como la industria se han ido adaptando a las demandas de esos países musulmanes, porque piden un cordero más grande al que se vende en España.
Así, hay ya líneas específicas para engordar a estos animales en cebaderos antes de su venta, una preferencia a la que se suma que los musulmanes reclaman además corderos machos y con cornamenta.