QUILES, A. y HEVIA, M.L. *

* Departamento de Producción Animal. Facultad de Veterinaria.

Universidad de Murcia. Campus de Espinardo. 30071-Murcia.

quiles@um.es

1. INTRODUCCIÓN

Las micotoxinas son metabolitos secundarios tóxicos producidos por determinados hongos que crecen en los alimentos, como Aspergillus, Penicillium y Fusarium sp.. Se trata de  sustancias policetónicas que se producen cuando se interrumpe la reducción de los grupos cetónicos en la biosíntesis de los ácidos grasos por parte de los hongos al utilizarlos como fuente de energía. Las afecciones resultantes de la ingestión de estos metabolitos son denominadas micotoxicosis, y los daños derivadas de las mismas dependen, en gran parte, de las cantidades ingeridas y de la toxicidad de cada molécula.

Limpiar los silos y/o áreas de almacenamiento de las materias primas para reducir al mínimo los riesgos de contaminación

Limpiar los silos y/o áreas de almacenamiento de las materias primas para reducir al mínimo los riesgos de contaminación

Los hongos requieren un sustrato (generalmente los cereales)  para crecer, multiplicarse y producir toxinas y unas ciertas condiciones de temperatura y humedad (humedad del grano superior al 3%, humedad relativa del aire superior al 70% y una temperatura mayor de 20º C), así como un pH entre 6-7 y una concentración de oxígeno superior al 20%.

La contaminación del alimento por estos hongos puede ser bien durante el periodo de crecimiento de la planta o bien durante el proceso de almacenamiento. En efecto, los hongos pueden crecer en el campo, en los silos de almacenaje, e incluso en los propios circuitos de alimentación de las granjas cuando las condiciones de humedad o estancamiento lo facilitan.

La presencia de micotoxinas en el pienso de los cerdos afecta no solo a la salud de los animales (infección aguda), manifestando los cerdos anemias, coagulación disminuida, fragilidad capilar, ascitis, ictericia y diarreas hemorrágicas; sino también a los rendimientos productivos (menor velocidad de crecimiento, peor índice de conversión, menor consumo de pienso, disminución de la eficacia reproductiva) provocando una serie de pérdidas económicas importantes para la producción porcina (infección subaguda o crónica). Estos efectos van a depender del tipo de toxina, del tiempo de exposición, de la dosis, de la edad del animal, sexo o categoría, nivel de nutrición y estado de salud de los animales, condiciones ambientales de la granja, etc (Figura 1). A todo ello se añade el riesgo que representa la posible transferencia de micotoxinas a los productos de origen animal.

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