Cabanelas E., Díaz P., Navarro E., Pérez-Creo A., Prieto A., Díaz-Cao J.M., Panadero R., López C., Fernández G., Díez-Baños P., Morrondo P. 

Investigación en Sanidad Animal: Galicia (INVESAGA). Departamento de Patoloxía Animal. Facultad de Veterinaria (Lugo). Universidad de Santiago Compostela.

Introducción

Las diarreas neonatales son procesos muy frecuentes en los terneros, que se caracterizan fundamentalmente por la reiterada eliminación de heces líquidas o semilíquidas que conducen a niveles de deshidratación progresivos y que,en los casos graves, puede llegar a causar bajas.

La aparición de diarreas en animales jóvenes puede estar causada por diferentes enteropatógenos bacterianos, víricos y/o parasitarios, que pueden actuar de forma independiente o asociados; y en infecciones mixtas son muy frecuentes. Dentro de los agentes parasitarios, destacan Cryptosporidium spp. y Eimeria, que con frecuencia se aíslan en brotes de campo; Giardia spp. posee menor impacto sobre la salud de los animales, y por ello no haremos referencia a este protozoo en esta revisión. Entre los patógenos de naturaleza infecciosa implicados en procesos diarreicos se encuentran también E. coli enterotoxigénicos (ETEC), Salmonella spp., Clostridium perfringens, Campylobacter spp., rotavirus, coronavirus, parvovirus o calicivirus. Varios estudios han constatado que, en animales menores de tres semanas, los agentes más prevalentes son Cryptosporidium spp., ETEC, rotavirus y coronavirus, que son responsables del 75 al 95% de los brotes de diarrea neonatal en explotaciones de ganado vacuno.

Es necesario señalar que las diarreas son procesos complejos que frecuentemente obedecen a causas multifactoriales y cuya aparición está condicionada por la presencia de factores dependientes tanto del hospedador como de las condiciones del entorno. Así, además del estado nutricional e inmunológico de los animales, debemos tener en cuenta otras variables, como el manejo del rebaño, el régimen de explotación o las características de las instalaciones. Estos enteropatógenos se transmiten, fundamentalmente, a través del agua o del alimento contaminado, por lo que la aparición de brotes de diarrea neonatal es especialmente frecuente en explotaciones manejadas en régimen intensivo con condiciones higiénicas inadecuadas y en las que hay estrecho contacto entre los animales.

Hay que resaltar que la aparición de estos procesos repercute de manera muy negativa sobre la economía de la explotación. Los casos graves pueden tener un desenlace fatal; las diarreas neonatales están consideradas como la principal causa de muerte en los terneros menores de un año. Cabe destacar que la tasa de mortalidad aumenta considerablemente cuando actúan varios agentes de forma concomitante. Los terneros que sobreviven presentan anorexia y pérdida de peso, lo que se traduce en retraso del crecimiento de los animales así como en un marcado deterioro de su estatus inmunitario, por lo que son más susceptibles al desarrollo de otras enfermedades. Estas pérdidas indirectas, junto con los gastos asociados al tratamiento, aunque difíciles de estimar, llegan a ser muy considerables.

Asimismo, estos procesos pueden tener una notable repercusión en la Salud Pública, puesto que algunos agentes implicados en las diarreas neonatales del ternero, como Cryptosporidium parvum, poseen potencial zoonósico, pudiendo afectar al ser humano.

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