Alberto Quiles   Departamento de Producción Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad de Murcia.  Email: quiles@um.es

Mª Luisa Hevia Departamento de Producción Animal. Facultad de Veterinaria. Universidad de Murcia.

Introducción

El agua es un nutriente básico para la vida de los cerdos, tanto por su papel fisiológico como por ser el ingrediente de la dieta de mayor volumen; y, sin embargo, no se le presta la atención que merece. Si importante es la cantidad de agua que ingieren los cerdos, tanto o más importante es la calidad de la misma, ya que un agua de mala calidad puede ocasionar un riesgo para el bienestar y la salud de los animales.

Cualquier esfuerzo económico que se haga en relación al control de la calidad del agua y en tratamientos preventivos se verá ampliamente recompensado en un aumento de los rendimientos y mejora de la salud de los animales.

El agua que llega a las explotaciones porcinas puede tener su origen en pozos artesanales, pequeños arroyos o charcas artificiales y, más comúnmente, de la red general de distribución, considerándose en este último caso como un agua, a priori, potable. A pesar de ello la calidad del agua puede estar en entredicho debido a su contaminación en el interior de las explotaciones por un mal mantenimiento de los bebederos, tuberías en mal estado o construidas con materiales inapropiados, presencia de biofilm, depósitos de agua fácilmente contaminables, puntos de baja presión, ángulos demasiado cerrados, etc. De manera que el agua que llega a las explotaciones puede ser potable en su origen y, sin embargo, no serlo cuando llega al punto de bebida de los animales. Por ello es conveniente realizar periódicos análisis del agua para controlar su calidad e instaurar tratamientos preventivos y/o correctores para asegurarnos dicha calidad.

Análisis y control de la calidad del agua

No existe una legislación relativa a las características que debe cumplir el agua de abastecimiento para los animales para considerarla de buena calidad pero se podría tomar como referencia el RD 140/2003 relativo a la calidad del agua para consumo humano.

Análisis microbiológicos

El agua puede contener gran cantidad de bacterias (principalmente Salmonella spp, Vibrio cholera, Leptospira spp, Clostridium y Escherichia coli) y de virus. Así como también, protozoos patógenos y huevos de helmintos intestinales. Estos microorganismos pueden no estar presentes todo el tiempo en el agua y variar en número en los depósitos, tuberías o bebederos. En efecto, la contaminación microbiológica es un proceso constante que puede desencadenarse en cualquier punto a lo largo de la distribución del agua (en las fuentes naturales de abastecimiento, en el transporte, en el almacenamiento o en la propia instalación y bebederos).

Los análisis microbiológicos deben de realizarse de forma periódica, siendo la recogida de muestras un punto clave. En este sentido, la toma de muestras debe efectuarse por personal cualificado, con botes estériles, con inhibidor del desinfectante, en los puntos más convenientes, sin contaminación cruzada, evitando una demora excesiva en su envío al laboratorio. Así mismo, es importante llenar los botes hasta el borde dejando que el agua rebose los bordes.

Los análisis efectuados en nuestro país al respecto ponen de manifiesto una elevada concentración, por encima de los mínimos recomendables, de clostridios y E. coli, principalmente.

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