Antonio Callejo Ramos

Dpto. de Producción Agraria.  E.T.S. de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas-U.P.M. 

antonio.callejo@upm.es

La intensificación de las producciones ha venido de la mano de una intensa selección genética que ha dado lugar a animales de muy alta producción pero también más sensibles a sufrir problemas patológicos y más exigentes en cuanto a las condiciones de vida, de manejo y de alimentación.

Si a ello se le unen factores ambientales e higiénicos más o menos hostiles dentro de los alojamientos, se estimula y facilita la difusión y transmisión de patologías. Además, les hacen más susceptibles a padecer enfermedades provenientes del exterior o del interior de la granja, al deprimirse su sistema inmunitario.

El número de granjas se ha reducido enormemente pero su tamaño es muy superior al de hace años; es decir, una gran parte de la producción mundial de alimentos de origen animal se obtiene en modelos de producción muy intensivos, con un intenso movimiento de animales dentro y fuera de la granja, de materias primas, de vehículos, de residuos y de personal. Por todo ello, la entrada y difusión de gérmenes infecciosos en la granja es mucho más fácil y probable. Muchas de las enfermedades tienen un origen multifactorial, donde los gérmenes son una causa importante de que la enfermedad se presente y desarrolle, pero no la única y, muchas veces, tampoco es la más importante.

Por ello, en las explotaciones ganaderas cada vez tienen mayor importancia los planes de lucha y control contra enfermedades y plagas. El establecimiento de medidas de prevención es más rentable que la toma de decisiones posteriores. A esas medidas que se toman como prevención en las granjas se les llama en conjunto “BIOSEGURIDAD”.

Las granjas se han transformado en grandes fábricas de alimentos y, como tales, se encuentran incluidas dentro de la cadena alimentaria, debiendo asumir nuevas obligaciones, ligadas a las normativas europeas, que hacen que la seguridad alimentaria sea una de las demandas prioritarias del consumidor.

Estos dos conceptos, economía y seguridad alimentaria, se pueden refundir en una única premisa: “garantizar la mejor sanidad de las explotaciones ganaderas”, objetivo prioritario de la ganadería moderna.

Concepto de Bioseguridad

Figura 1. Objetivos de la bioseguridad.

Figura 1. Objetivos de la bioseguridad.

La bioseguridad (Figura 1) es una combinación de actitudes, rutinas, comunicación y sentido común que engloba un conjunto de medidas que se pueden (y se deben) tomar en una explotación ganadera encaminadas a:

• Evitar o reducir el riesgo de entrada (y salida) de enfermedades y sus vectores.

• Evitar o disminuir la difusión de enfermedades en la granja1.

• Incrementar la resistencia de los animales a las enfermedades.

 

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