vacas-en-ordeñoAragón ha sido durante décadas uno de los principales productores de leche del país, concentradas principalmente en el Alto Aragón y en la provincia de Zaragoza. A finales de la década de los 90 había en la Comunidad 500 explotaciones de vacas lecheras. En estos momentos, apenas quedan 70. Es decir, en poco más de una década, el 80 por ciento de las granjas dedicadas a la producción de leche han desaparecido. El sector ha caído en picado y eso también ha tenido sus consecuencias en el ámbito laboral, sobre todo en las zonas rurales donde estaban asentadas estas granjas. Las razones que han llevado al cierre: el aumento de los costes de producción, la caída del precio de la leche y las inversiones necesarias para modernizar las instalaciones y adecuarlas a las exigencias que marca Europa.

En estos momentos, la Comunidad produce alrededor de 80.000 toneladas de leche al año. Una mínima parte de lo que se llegaba a producir en la década de los 90 y a comienzos de este siglo. Y la producción actual se aglutina principalmente en cuatro grandes explotaciones, que son las que copan el mercado en Aragón: tres están en la provincia de Huesca, con la granja San José (Altorricón) a la cabeza, y la otra está en la provincia de Zaragoza. Se trata de Tauste Ganadera, que históricamente fue la explotación más grande e importante de Aragón.

El ejemplo de Tauste
En la actualidad esta explotación de Tauste cuenta con 3.600 cabezas de ganado bovino lechero de la raza Holstein Frisona. La producción anual supera los 18 millones de litros. La producción media es de 32 litros por vaca y día, con 1.550 vacas ordeñadas diariamente a tres ordeños. Y, a pesar de la crisis del sector, Tauste Ganadera es la mayor explotación de ganado vacuno lechero de España y una de las más importantes a nivel europeo.

Esta granja posee la mayor cuota lechera de España y una de las más importantes de Europa. La cuota supera las 16.000 toneladas. Esta cuota viene marcada por Europa y fija los litros de leche que cada explotación puede producir. Si se pasa del límite Europa le impone una multa o bien no puede vender la leche sobrante. La cuota asignada a la Comunidad Autónoma de Aragón es de 91.000 toneladas y la de España se aproxima a los seis millones de toneladas.

Solo las grandes explotaciones han logrado sobrevivir a los problemas que ha atravesado el sector. Junto a Tauste Ganadera hay otras empresas de éxito. Sin embargo, los pequeños ganaderos son los que más han sufrido los vaivenes del sector. En los últimos años, el aumento de los precios de los piensos ha sido uno de los grandes problemas.

A esto se ha sumado también la subida del gasoil o la electricidad, lo que ha disparado los costes de producción. Según los cálculos de los ganaderos, en cada litro de leche se van alrededor de 30 céntimos de gastos, entre comida, veterinarios, luz… Una cifra que en muchos casos no ha llegado a cubrir costes.

Guerra de precios
«En los últimos años nos han estado pagando la leche alrededor de 30 céntimos e incluso por debajo, por lo que en muchas ocasiones no hemos llegado a cubrir lo que nosotros invertíamos», explica Carlos Larraz, responsable del sector de las vacas de leche del sindicato agrario UAGA.

Y es que se ha vivido una auténtica guerra de precios a nivel europeo, sobre todo con la leche procedente de Francia. «Los ganaderos franceses reciben subvenciones por parte del Gobierno, tiran los precios de la leche que a ellos les sobra y nosotros no podemos competir contra eso», explica Larraz. Un problema que ha abocado al cierre a muchas empresas en los últimos años.

En Aragón se produce mucha menos leche de la que se consume y, «ni aún así, los ganaderos subimos los precios», explica el responsable de UAGA. Sin embargo, parece que la tendencia comienza a ser positiva para el sector. Si a comienzos de año el precio rondaba los 29 céntimos, en estos momentos ta supera los 33 céntimos. «Esperemos que la tendencia siga al alza, para que dé un respiro a los profesionales del sector».

No hay relevo generacional
La falta de relevo generacional también en un problema para el sector. «Las vacas no entienden de sábados, domingos o festivos, hay que ordeñarlas todos los días y aunque ya no sea un proceso artesanal hay que estar pendiente de que la máquina no falla, de que la comida les llegue… Es mucho trabajo el que se desarrolla en una granja a diario», explica un ganadero. «Yo hubiera entendido que mi hijo no se hubiera dedicado a esto, es un trabajo muy sacrificado», asegura. «Llevo toda mi vida dedicada a las vacas, he invertido tiempo y dinero y la cosa cada vez esta peor», apunta. «Yo he tenido suerte, pero conozco compañeros que han tenido que cerrar».

(Fuente: ABC Aragón)