Antonio Callejo. Dpto. de Producción Agraria – ETSIAAB – UPM. antonio.callejo@upm.es

Resumen

La realización de una adecuada rutina de ordeño es fundamental para la casi completa extracción de la leche y el menor tiempo posible de conexión de la vaca a la máquina de ordeño. Por ello, es crucial realizar un adecuado estímulo al animal para conseguir una buena eyección de la leche. Además, las pezoneras deben colocarse en el momento oportuno, cuando haya un flujo de leche suficiente para no ordeñar “en vacío” al principio del ordeño. Las pezoneras deben colocarse de forma rápida y sin brusquedades, minimizando las entradas de aire, comprobando después que están bien ajustadas y alineadas y que no se producen deslizamientos. La retirada de la unidad, si es manual, se hará cerrando la válvula del colector. Si se emplean retiradores automáticos, deben ajustarse para acortar todo lo que se pueda el tiempo de ordeño. Las nuevas tecnologías nos pueden ayudar a determinar si es correcta la rutina de ordeño que se está siguiendo.

1. Introducción

La producción de leche de vaca se ha situado en un contexto productivo en el que el número de explotaciones es cada vez menor, menor el número global de animales, pero con mayor número de vacas en cada granja. La producción global no ha disminuido, lo que significa que la producción por animal ha ido también en constante aumento. De hecho, la rentabilidad de las explotaciones se busca en la economía de escala, en el volumen de producción, ya que el margen bruto por litro producido no sólo no aumenta sino que es cada vez menor.

Otra posible estrategia de supervivencia es aumentar la eficiencia productiva. Es decir, producir más con lo mismo, o producir lo mismo empleando menos recursos. Esta mayor eficiencia significa optimizar todos y cada uno de los múltiples factores productivos y elementos de la granja, alimento, mano de obra, energía, tiempo, etc., de forma que se pueda “arañar” hasta el último céntimo para disminuir el coste de producir cada litro de leche.

El ordeño es la tarea alrededor de la que gira todo el resto de las actividades de la explotación, por lo que optimizarla es fundamental para conseguir el propósito final de aumentar la eficiencia global de la granja. Y ello pasa por realizar una adecuada rutina de ordeño.

2. Definición y duración de la rutina de ordeño

La rutina de ordeño podría definirse, de una forma simple, como el conjunto de acciones que se realizan de manera secuencial sobre el animal durante el proceso de ordeño y que se repite en todas las vacas que se vayan a ordeñar. Podríamos añadir algunas acciones no estrictamente ligadas al ordeño pero que, a nuestro juicio, deberían considerarse parte de esta rutina. Por ejemplo, el mantenimiento de una buena limpieza del establo y de los propios animales, minimizando así el tiempo que habría que dedicar a limpiar la ubre en la sala de ordeño; o también el manejo de los animales tras abandonar esta instalación.

La duración de la rutina depende, en principio, del número de acciones que se realicen y de cuánto tiempo transcurra en cada una de ellas. No obstante, también puede verse condicionada por la rapidez de entrada y salida de los animales a la sala de ordeño (de ahí la importancia de su correcto diseño), por el nivel de automatización de la sala o por la distancia entre ubres, que es función del tipo de sala en la que se trabaje.

Independientemente de la rutina seguida, ésta debe ser eso, “rutinaria”, lo que significa que debe procurarse efectuar siempre las mismas operaciones y de la misma forma, respetar un horario de ordeño fijo y un intervalo entre ordeños constante, con el fin de maximizar los reflejos condicionados del animal.

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