Quiles, A. y Hevia, M.L.
Departamento de Producción Animal. Facultad de Veterinaria.
Universidad de Murcia. Campus de Espinardo. 30071-Murcia.

Al haber pasado 10 años desde la promulgación del RD 1135/2002 sobre la protección de los cerdos, todas las condiciones establecidas en el mismo han entrado en vigor a partir del 1 de enero de 2013, de manera que queda prohibido el alojamiento en jaula individual de la cerda reproductora en el periodo comprendido entre la 4ª semana de gestación y la semana anterior al parto. Ello ha supuesto un enorme esfuerzo económico para las explotaciones porcinas, con repercusiones importantes desde el punto de vista del manejo y de la alimentación de las cerdas. Estas circunstancias en ocasiones están provocando oscilaciones en las producciones debido a una inadecuada adaptación al nuevo sistema de alojamiento.

El alojamiento en grupos en estabulación libre supone una serie de ventajas frente a la plaza individual fija, sobre todo desde el punto de vista etológico y del bienestar, ya que las cerdas pueden desarrollar pautas de comportamiento más naturales, al favorecerse el movimiento y las relaciones sociales, así como comportamientos naturales como hozar. Todo ello implica un aumento del bienestar y una disminución de la denominada Patología Zootécnica, caracterizada por una serie de síntomas y de síndromes que aparecen como consecuencia de la cría intensiva de animales, y que, en el caso que nos ocupa, supone comportamientos anómalos y esterotipias como la mordedura repetitiva de los barrotes de las jaulas, masticación en vacío, rozamiento corporal contra objetos del entorno, polidipsia nerviosa o la “postura del perro sentado”. Además de una mayor disminución ósea y peor tono muscular como consecuencia de la falta de ejercicio. La restricción de espacio se agudiza a medida que la cerda crece, provocando un gran estrés biomecánico.

Por otra parte, el alojamiento en grupos también presenta otras ventajas de índole zootécnico, como son:

– Se detectan mejor los celos, al presentar una sintomatología más evidente.

– Reducción del porcentaje de cerdas muertas.

– Reducción del porcentaje de abortos.

– Reducción del porcentaje de cerdas desechables.

– Menor porcentaje de prolapsos uterinos.

– Menor duración de los partos, las cerdas afrontan el parto con mayor facilidad, debido a su mejor tono muscular y mayor capacidad cardiovascular.

– Aumento del peso al nacimiento de los lechones.

Ahora bien, hemos de ser conscientes que el alojamiento en grupo supone ciertos  inconvenientes, ya que implica una serie de peleas y agresiones entre las cerdas por establecer la jerarquía social, siendo los ejemplos más típicos las mordeduras en la vulva, agresiones en piel de flancos y raspaduras; así como problemas locomotores (laminitis y artritis) que derivan en cojeras y, posteriormente, en desecho de las cerdas. La mayor o menor presencia de lesiones podales y de cojeras va a depender de: (i) tiempo de permanencia en pie de la cerda, (ii) calidad del suelo (presencia de suelos deslizantes), (iii) porcentaje de suelo enrejillado y calidad de las rejillas, (iv) presencia de cama en suelo, (v)  pendiente de los corrales e (vi) incidencia de las peleas.

El gran cambio que supone el alojamiento en grupo es el control de la alimentación y de las cerdas. Este control dependerá del sistema de alojamiento y alimentación elegido. En líneas generales, la mayoría de los estudios no detectan pérdidas en los rendimientos de las cerdas alojadas en grupo frente a las alojadas en jaulas, pero para ello es necesario adaptar el manejo y las instalaciones a las características fisiológicas y comportamentales de las cerdas y contar con un mayor grado de especialización de la mano de obra.

RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA EL MANEJO DE LAS CERDAS

Cuando se alojen a las cerdas desde el primer día post-destete en grupos es conveniente igualar éstos en función de la condición corporal de los animales, de manera que se pueda ajustar la alimentación en los días previos a la cubrición en relación a las pérdidas acontecidas a lo largo de la lactación previa.

La recela se efectuará en el parque introduciendo el macho recela dos veces al día (mañana y tarde) durante un periodo de 15 minutos. Una vez detectado el celo, la cerda se pasará a una jaula donde se efectuará la inseminación según el protocolo establecido en función de la duración del intervalo destete-celo y duración del celo. Tras la inseminación la cerda volverá al mismo grupo de donde había salido. A los 21 días post-inseminación habrá que volver a introducir el macho para la detección de posibles repeticiones.

El diagnóstico de gestación con ecografía se complica al estar la cerda en libertad. Será necesario sujetar a la cerda para la realización del mismo, pudiendo aprovechar el momento de la ingesta de pienso. El diagnóstico se verá facilitado por la inmovilización de la cerda como por ejemplo en el sistema de cubículos basculantes.

Por otra parte, es necesario un control exhaustivo de las cerdas para evitar diferencias notables en cuanto a la condición corporal en el momento del parto. Se ha de procurar que la cerda recupere la pérdida de peso acontecida durante la lactación a lo largo de la gestación, evitando el síndrome de la cerda delgada (mayor tasa de abortos, camadas menos numerosas, menor peso del lechón al nacimiento, mayor tasa de renovación etc.). Pero igualmente se ha de evitar un excesivo engrasamiento en el momento del parto (mayor presencia de cojeras, alargamiento de los partos, menor ingesta de pienso en lactación, etc.). El objetivo debe ser mantener la homogeneidad del grupo al final de la gestación desde el punto de vista de la condición corporal de las cerdas. La homogeneidad disminuirá a medida que disminuya la competencia por el alimento, determinada, fundamentalmente, por el sistema de alimentación, el cual ha de procurar un reparto lo más homogéneo del pienso, toda vez que durante este periodo la alimentación está racionada. Recordemos que el R.D. 1135/2002 obliga a mantener un sistema que garantice que cada animal pueda comer lo suficiente, aún en presencia de otros animales que compitan por la comida.

El control también debe ir encaminado a detectar lo antes posible repeticiones de celos, reabsorciones embrionarias y abortos, para evitar un aumento de días improductivos y que estas cerdas desarrollen un estado fisiológico de gran actividad típico de la preovulación (nerviosismo, agresividad, monta a otras cerdas) que puede provocar nuevas reabsorciones y abortos en otras cerdas. Si el control no es exhaustivo el número de cerdas vacías a maternidad puede aumentar, ya que existe mayor dificultad para detectar abortos tempranos a partir del 35 de gestación, sobre todo en suelos con cama. Se hace necesario un segundo control de gestación mediante ecografía para detectar segundas repeticiones cíclicas (38-42 días) o acíclicas (25-37 días). En los grupos de tamaño grande es recomendable alojar un verraco contiguo al grupo, de manera que las cerdas puedan tener contacto visual y olfativo con el macho. Se ha de controlar aquellas cerdas que visitan asiduamente el corral del macho o permanecen cerca durante mucho tiempo. Este control se puede hacer de forma electrónica, mediante un chip, o de forma manual, mediante controles rutinarios del grupo. En cualquier caso servirá para detectar posibles cerdas en celo.

El control se verá dificultado a medida que aumente el tamaño del grupo y en grupos dinámicos (grupos de cerdas, algunas de las cuales abandonan el grupo para entrar en la sala de partos siendo remplazadas por otras). Por tanto, una misma cerda interacciona con otras cerdas desconocidas varias veces a lo largo de la gestación).

El tamaño del grupo dependerá del diseño del corral y del sistema de alimentación. La formación de grupos estáticos (grupos de cerdas formados al inicio de la gestación con la fecha de cubrición muy cercana y que se mantienen hasta el parto sin introducir animales nuevos para compensar las posibles bajas) no debe implicar necesariamente el alojamiento en el mismo corral, ya que en función del tamaño del grupo y de las condiciones de la explotación, puede ser aconsejable separarlas en dos o tres corrales en función de su condición corporal o tamaño. Con ello vamos a favorecer la homogeneidad del grupo.

El diseño de las instalaciones puede facilitar la observación de las cerdas, así si se establecen zonas de actividad y de reposo, es más fácil detectar cerdas con repetición de celo y cerdas con problemas patológicos (cojeras). En cualquier caso es imprescindible visitar los corrales diariamente como rutina de trabajo, revisando comederos, levantado a las cerdas, haciéndolas andar para detectar posibles cojeras, detección de abortos y/o restos biológicos en el suelo, etc.

Si bien el alojamiento en grupos durante la gestación da lugar a una mejora del bienestar, las cerdas se muestran más agitadas y nerviosas cuando pasan a ser alojadas en jaulas de parto individuales. De ahí la necesidad de contar con un periodo mínimo de adaptación en la sala de maternidad a las camisas de parto para evitar un cierto estrés en la cerda que puede tener repercusiones sobre el consumo de pienso, en el fisiologismo de la lactación y en el instinto maternal. En ocasiones, en función del sistema en banda elegido, este periodo de adaptación puede ser insuficiente.

CONTROL DE LA ALIMENTACIÓN

Sistema de alimentación tipo Biofix

Sistema de alimentación tipo Biofix

El diseño del sistema de alimentación para el alojamiento en grupo ha de permitir, en la medida de lo posible, un adecuado control de la ingestión del pienso, gestionado a través de la condición corporal de la cerda y de la época de gestación, lo cual va a garantizar un rendimiento óptimo a lo largo de su vida reproductiva. Junto a ello el sistema ha de minimizar las luchas y peleas entre las cerdas por hacerse con un recurso escaso, como es el pienso, al tratarse de un manejo de la alimentación restringida. En definitiva el sistema de alimentación debe conseguir tres objetivos claros: (i) evitar la competencia y luchas por el alimento, (ii) ajustar la ingesta de pienso a las necesidades nutritivas de las cerdas y (iii) controlar los animales. Con ello se impedirá la presencia de cerdas flacas con problemas de sumisión y cerdas gordas dominantes.

Estos objetivos se pueden conseguir con mayor o menor éxito dependiendo del sistema utilizado, por lo que podemos clasificar a los sistemas de alimentación en función del grado de consecución de dichos objetivos en tres grupos:

1.- Aquellos que ofrecen una cantidad de pienso ajustada a las necesidades medias del grupo, sin poder controlar el consumo individual. Estos sistemas solo son válidos para grupos pequeños (< 10 cerdas), homogéneos y estáticos. A este grupo pertenecen los sistemas de alimentación en suelo y en tolvas.

2.- Sistemas que pueden garantizar que cada cerda recibe la  misma cantidad de pienso al día pero no pueden hacer diferencias entre ellas. Válidos para grupos homogéneos y estáticos pero de mayor tamaño que el caso anterior. Entre estos sistemas destacamos las jaulas reconvertibles y el sistema de caída lenta (Biofix).

Alojamiento en grupo con sistema de alimentación electrónica

Alojamiento en grupo con sistema de alimentación electrónica

3.- Sistemas que permiten que cada cerda reciba la cantidad exacta de pienso que tiene ajustada en función de su condición corporal y época de gestación. Válidos para grandes grupos y dinámicos. A este  grupo pertenecen los sistemas de cubículos con libre acceso o basculantes y los sistemas de alimentación electrónica (Electronic Sow Feeding, ESF) tipo tunel y Fitmix.

A la hora de elegir uno u otro sistema se han de tener en cuenta los siguientes aspectos:

– La capacidad de adaptación de las instalaciones a la normativa de Bienestar Animal.

– Preparación y capacidad de adaptación del personal al nuevo sistema de alojamiento y alimentación. Quizás este punto sea uno de los aspectos claves del éxito del nuevo sistema. El alojamiento en grupo requiere una mayor observación de los animales, por ejemplo para determinar la condición corporal y repeticiones. A medida que aumenta el tamaño del grupo y su heterogeneidad (grupos dinámicos) se requiere personal más cualificado para la observación y manejo de las cerdas.

– El tamaño del grupo y/o flujo de animales: uso de grupos estáticos o dinámicos. Los grupos grandes reducen los costes de las instalaciones pero deben ser dinámicos y requieren buena preparación de la mano de obra.
– La capacidad de inversión para la remodelación.

– El control que se pretenda alcanzar en la alimentación.

1. Suministro de pienso en suelo

Consiste en repartir directamente el pienso en el suelo. Este sistema tiene la ventaja de requerir un mínimo coste de inversión y muy poca mano de obra. Se ofrece una cantidad de pienso total ajustada a la media del grupo, pero debido a la gran competencia de las cerdas, da lugar a enormes diferencias de ingestión entre los animales. Las cerdas jóvenes, al ser menos dominantes y tener una ingestión más lenta, pueden no obtener su ración completa, finalizando la gestación con una pobre condición corporal.

Las luchas sociales del grupo pueden ser mitigadas mediante el aumento de la zona de esparcimiento del pienso, lo que favorecerá la ingestión más homogénea del grupo, disminuyendo el robo de pienso. Para ello podemos utilizar un sistema de reparto automático (dump feeding, spin feeding).

Por otra parte, se pueden utilizar paneles o tabiques separadores donde las cerdas de bajo rango social puedan refugiarse y huir de las dominantes. Estos paneles también sirven para organizar el corral en zonas de descanso y de defecación, al tiempo que favorece el confort de las cerdas, ya que éstas prefieren tumbarse junto a superficies verticales. Aún así es inevitable que se produzcan algunas agresiones durante la distribución del pienso, que pueden provocar lesiones en las cerdas más débiles socialmente. Es necesario retirar del grupo a las cerdas excesivamente agresivas y las muy sumisas que no se acercan a comer cuando cae el pienso.

El reparto en suelo solo está recomendado cuando los costes sean la consideración principal de la explotación. Se puede utilizar para convertir antiguos cebaderos en naves de reproductoras. Se aconseja formar grupos pequeños.

2. Alimentación en tolvas

Sistema similar al empleado durante la fase de cebo. No se permite el consumo simultáneo del grupo, pero en este caso contamos con una desventaja añadida como es la alimentación restringida durante la gestación. Para evitar una fuerte competencia social en el momento de la comida sería necesario administrar el pienso ad libitum, si bien ocasionaría un excesivo engrasamiento y sobrepeso de las cerdas, afectando negativamente al momento del parto. Para evitar esto último se puede enriquecer el pienso con fibra, de esta manera la cerda aumenta el tiempo de ingestión, satisfaciendo la motivación por el alimento sin incrementar exageradamente la ingesta de energía. En este sentido, los polisacáridos amiláceos fermentables (PNAf) dan un mayor efecto de saciedad que la fibra bruta o los polisacáridos amiláceos no fermentables (PNAnf). Los (PNAf) modifican los niveles postpandriales de glucosa sanguínea, de manera que limita la ingestión voluntaria hasta límites aceptables.
También se puede llevar a cabo la dosificación del pienso en la tolva según tiempo/volumen en función del tamaño del grupo.

3. Sistemas de caída lenta (Biofix)

Consiste en suministrar el pienso en unos comederos con separadores laterales hasta la parte posterior de la espalda de la cerda (40-50 cm), ofreciendo a las cerdas la misma cantidad de pienso con una caída lenta (100-120 g/min), es decir, a una velocidad menor de lo que la cerda es capaz de ingerir, estimando un periodo de ingesta de 10 a 40 minutos. Con estas separaciones, relativamente cortas, se reduce el espacio por cerda, ya que la plaza de alimentación puede ser considerada como espacio social para descansar.

Durante el reparto del pienso se puede efectuar el control y supervisión de los animales. Aunque no permite individualizar la ración, sí permite controlarla en cada grupo.

Con este sistema favorecemos que las cerdas más voraces del grupo estén más tiempo comiendo y dejen comer al resto, aún así se producen robos de pienso, ya que las cerdas no están encerradas mientras comen. Se ha de intentar buscar grupos homogéneos, desde el punto de vista de la velocidad de la ingesta, por lo que no se aconseja la mezcla de cerdas primíparas con multíparas. La adaptación de las cerdas al sistema es fácil.

4. Cubículos de libre acceso y cubículos basculantes

El diseño de los comederos de libre acceso permite a la cerda entrar en la plaza y cerrarla mediante una compuerta accionada por la propia cerda. Momento utilizado para la manipulación y control de la cerda. El manejo individual es muy sencillo.

Los cubículos de libre acceso intentan solventar el problema del robo de pienso entre las cerdas. Este sistema protege a la cerda del contacto con otras cerdas mientras está comiendo, permitiendo ajustar la misma ración a todas las cerdas. Ahora bien al existir un reparto aleatorio de las cerdas en las jaulas a lo largo de la gestación, no podemos ajustar la cantidad de pienso a las necesidades individuales, aunque el sistema permite el reparto a mano de cantidades extras de pienso si fuese necesario.

Un cubículo de libre acceso debe cumplir los siguientes requisitos:

– Permitir un acceso fácil.

– Proteger a la cerda del contacto de otras cerdas mientras come.

– El sistema de compuerta movible no debe provocar lesiones a la cerda y debe permitir el abandono de forma voluntaria.

– Proporcionar fácil acceso al técnico para los tratamientos higio-sanitarios y el diagnóstico de gestación.
El principal inconveniente de este sistema es el coste, ya que los cubículos basculantes implican sistemas móviles que, si son resistentes, tienen un coste elevado.

Una posible alternativa a estos boxes, para abaratar costes pueden ser las jaulas reconvertibles que consisten en el aprovechamiento de las antiguas jaulas de gestación mediante el corte de las mismas, para dejarlas abiertas con una longitud alrededor de un metro, suficiente para proteger a las cerdas durante la ingesta de pienso. La longitud se puede acortar un poco mas hasta los 50 cm con sistemas de caída lenta de pienso, de esta manera ganamos más espacio para la zona de descanso.

5. Sistemas de alimentación electrónica

Con estos sistemas se consigue el máximo control en el consumo de pienso (control individual). El reparto del mismo se lleva a cabo automáticamente al identificar el dispensador de pienso a la cerda por medio de un microchip. La cantidad de pienso a suministrar ha sido previamente programada por un ordenador en función del estado de gestación y condición corporal de la cerda, quedando registrados los consumos diarios. Este control de la alimentación permite la utilización de grupos grandes y dinámicos, ya que las cerdas pueden comer de forma secuencial. No obstante presenta algunas inconvenientes como son:

– Las cerdas requieren un periodo de entrenamiento y aprendizaje; un porcentaje de ellas no se adapta al sistema por lo que deben ser eliminadas. El tiempo de aprendizaje debe ser el mínimo posible para evitar una pérdida excesiva de la condición corporal.

– El sistema requiere mano de obra especializada, por lo que es necesario la formación y capacitación del personal, a nivel informático, de mantenimiento del sistema, conocimiento del fisiologismo y comportamiento animal, etc. La observación de los animales es más complicada.

– Coste económico.

• Fitmix. Sistema de alimentación electrónica sin protección de la cerda a la hora de comer. A pesar de que hay un reconocimiento del sistema de forma individual mediante el microchip, las cerdas pueden dejar caer algo de pienso durante la comida que puede ser ingerido por otras cerdas del grupo, favoreciendo las agresiones sociales. Es un sistema que se emplea para la alimentación líquida o semi-líquida.

• Tipo túnel (Estaciones electrónicas). El sistema cuenta con protección lateral durante la ingesta. Reconoce a la cerda mediante el microchip permitiéndole el acceso al túnel donde se dispensará la cantidad de pienso asignada diariamente. El sistema permitirá el acceso mientras quede pienso por ingerir de la ración diaria.

El sistema requiere un entrenamiento previo de las cerdas, por lo que el diseño debe incluir un corral de entrenamiento separado. Las agresiones sociales se suelen observar en el acceso al túnel, mientras las cerdas hacen cola (incidencia de mordeduras de cola).

El sistema debe permitir trabajar con distintas curvas de alimentación, así como la detección de cerdas sin chip o con el chip deteriorado y detectar problemas patológicos en las cerdas que no ingieren toda su ración.

CONCLUSIONES

El sistema de alojamiento en grupos de cerdas gestantes supone un reto para el sector porcino, toda vez que supone cambios en el manejo de las cerdas y en el sistema de alimentación, buscando disminuir las peleas por la competencia por el alimento. El control de las cerdas debe ser preciso, para que los parámetros zootécnicos no disminuyan respecto al alojamiento en jaulas, sobre todo en el apartado de días no productivos de las cerdas.

No existe un sistema ideal para el alojamiento en grupo de las cerdas gestantes, ya que ello va a depender de factores tales: censo de la explotación, disponibilidad de espacio, nivel de inversión y preparación del personal.

Para explotaciones con un censo inferior a 600 cerdas, se recomienda hacer grupos estáticos comprendidos entre 10-20 cerdas en función del sistema de alimentación elegido (en tolva, sistema de caída lenta o de cubículos de libre  acceso) y de la estructura de las bandas. Para explotaciones con censo superior a 600 cerdas, el sistema de alimentación ideal sería con estaciones electrónicas, pudiendo establecer grupos estáticos o dinámicos, dependiendo de la estructura de las bandas.

La tecnificación de las explotaciones está siendo positiva es cuanto a los rendimientos productivos, siempre y cuando se efectúen los cambios de forma adecuada y con un buen estudio de planificación del modelo productivo y para lo cual habrá de contar con mano de obra especializada.

Finalmente, otros aspectos a tener en cuenta en el cambio a los sistemas de alojamiento en grupos serían:

– Acceso de las cerdas a zonas de reposo donde puedan descansar.

– Acceso a materiales que les permitan desarrollar comportamientos naturales como el investigatorio y explicitar pautas naturales de comportamiento como el hociqueo.

– Control de las condiciones medio ambientales en las instalaciones.

– Disponer de suelos lisos, poco abrasivos y no resbaladizos que permitan a las cerdas levantarse con facilidad.