Álvaro Aldaz, director global de Desarrollo Comercial de Porcino de Zoetis, participó el pasado 15 de octubre, junto a otros profesionales del sector, en un nuevo webinar dentro de “Pigseminars” patrocinados por Zoetis. Bajo el título, ¿Soluciones para Eliminar el Olor Sexual? Vacunación, Aldaz hizo un repaso de la situación actual y problemática que supone para la industria el control del olor sexual en la carne de cerdo. Valoró la opción de la vacunación como la alternativa más realista a la producción de machos enteros o castrados, con o sin anestesia y analgesia, y que mejor contribuye a la sostenibilidad de la industria: por su eficiencia, respeto al medioambiente y al bienestar animal.

Aportando una visión general, Aldaz profundizó en las propuestas que ofrece la industria global actualmente “donde la práctica más utilizada es la castración física de machos en los primeros días de vida. Pero esto supone hoy en día un rechazo por parte del consumidor en general y del europeo en particular, muy preocupado por el bienestar animal, por lo que se siguen haciendo grandes esfuerzos en la búsqueda de alternativas viables”.

España lidera la producción de machos enteros para diversos mercados, los cuales tienen una buena eficiencia pero que originan no pocos problemas de calidad (estudios estiman que el 15-20% presentan olor sexual). En nuestro país los pesos a sacrificio, con la excepción del ibérico, cruces de ibérico y producción de cerdos blanco graso, son significativamente más bajos que los de nuestros competidores en los mercados internacionales: EEUU, Brasil, Canadá, Alemania, México y Chile. “Estos países -ha explicado- producen canales más pesadas, con más kilogramos de carne por unidad, lo que nos hace perder una gran oportunidad de exportar más kilos de carne por unidad en los mercados internacionales, con China como principal importador en volumen, demandando más carne”.

Tras hacer una valoración de las opciones actuales para controlar el olor sexual, exponiendo detalladamente las ventajas y desventajas de la castración física tradicional o realizada con anestesia y analgesia, de la producción de machos enteros y de las alternativas genéticas y nutricionales que existen, el experto se centró en la inmunización frente al olor sexual. Improvac es un análogo sintético de la GnRF que estimula al sistema inmune del animal para la producción de anticuerpos que van a neutralizar temporalmente la producción de esta hormona hipotalámica, suprimiendo temporalmente la actividad del testículo y la producción de esteroides, lo que finalmente previene la producción de los compuestos responsables del olor sexual. De esta forma permite producir canales y carne de alta calidad con una eficiencia comparable a la de los machos enteros, pero sin las desventajas que estos conllevan. Además, la vacunación con Improvac cumple con los estándares de bienestar animal y junto a su homólogo para hembras ibéricas: Vacsincel puede emplearse para sacrificio con pesos altos en nuestro país.

Afirmó que, el mercado demanda carne de cerdo de calidad, sin olor sexual, y que los consumidores y profesionales cada vez conocen y valoran mejor la vacunación (71%, según el último estudio, publicado este año, realizado en 16 países con más de 4.000 entrevistados). En el mismo estudio se valora la castración con anestesia como la otra alternativa de elección, pero es necesario seguir trabajando en la educación sobre las ventajas y los importantes inconvenientes, como su elevado precio (1-4€/cerdo), la falta de fármacos anestésicos aprobados específicamente para cerdos y el peligro para los usuarios en las granjas, el tiempo necesario para llevar a cabo el procedimiento, y sobre todo, que aun supone la mutilación física de los animales con un impacto negativo en bienestar y productividad.

“La vacuna -concluyó Aldaz-, ofrece grandes ventajas prácticas y económicas frente a la producción de machos castrados o enteros, y su uso a nivel mundial va en aumento. Además, en España, en concreto, mejorará mucho la competitividad de la industria, su sostenibilidad, y resuelve el problema de castración de las hembras ibéricas. En nuestra opinión, la inmunización frente al olor sexual supone una gran oportunidad para nuestra industria porcina”.