El sexto foro sobre bienestar animal organizado por Boehringer Ingelheim debatió sobre el papel de la sociedad y los veterinarios en la implantación de prácticas eficientes y productivas

Cerca de un centenar de profesionales asistieron a la sexta edición del foro de expertos sobre bienestar para animales de producción organizado por Boehringer Ingelheim, que se celebró en Bilbao el pasado 7 de junio. En esta ocasión, los ocho especialistas que participaron en el evento no se centraron tanto en aspectos estrictamente veterinarios como en planteamientos sobre cómo se concibe el bienestar animal desde la sociedad y su relación con la producción, y el papel que los veterinarios desempeñan en su implantación y buen funcionamiento.

Así, la encargada de abrir el foro fue la profesora Frauke Ohl, de la Universidad de Utretch (Holanda), cuya presentación trataba sobre si el bienestar animal puede medirse objetivamente. Tal y como recordó, existen parámetros objetivos perfectamente medibles en este sentido, pero la sociedad también demanda otros factores éticos y morales relacionados con el bienestar animal, y el reto de los profesionales es encontrar un justo equilibrio entre unos y otros.

La siguiente ponente, Emma Roe, de la Universidad de Southampton (Reino Unido), admitió que la pregunta que planteaba era controvertida: ¿puede considerarse el bienestar animal en las granjas un producto básico de primera necesidad? Para responderla, analizó la evolución que ha tenido el concepto de bienestar animal y su percepción por parte de los consumidores. Roe advirtió que los factores culturales y sociales influyen mucho en cómo se entiende el bienestar animal, y que prestar atención únicamente a los factores de mercado no es el enfoque más adecuado.

A continuación, Sophie de Graaf, investigadora del Instituto de Investigaciones Agrícolas y Pesqueras y la Universidad de Gante (Bélgica) expuso algunos resultados de su trabajo sobre cómo el bienestar se ve como una característica de calidad en la leche. En este caso, también se hizo hincapié en que es fundamental la colaboración entre las diversas partes implicadas, ya que establecer parámetros para definir bien el bienestar animal no es un camino en una dirección, sino circular.

La sesión de la mañana concluyó con una presentación de total cariz práctico a cargo de Ignacio Blanco-Traba, director comercial de vacuno para Europa de McDonalds, quien expuso los procesos relacionados con el bienestar animal que su compañía practica. Blanco-Traba comenzó recordando que McDonalds ha implantado estos procesos desde 1956, y que actualmente todos los controles que realizan en las granjas con las que trabajan funcionan de manera bidireccional, siempre con la colaboración de terceros. También recordó que McDonalds realiza un papel importante en la educación de los consumidores, aunque también puntualizó que no es una tarea únicamente suya, sino también del resto de actores en la cadena alimentaria.

El foro se reanudó tras la pausa para la comida con la intervención de Franceso Testa, técnico especializado en granjas de vacas lecheras en la zona italiana de Lombardía. Testa se preguntaba si las auditorías sobre bienestar animal en las granjas suponen una oportunidad para la profesión veterinaria, y su respuesta fue un tajante “Sí”, poniendo como ejemplo su trabajo realizado en el control del bienestar animal de instalaciones lecheras. Ahí, señalo Testa, es donde los veterinarios son una pieza clave, ya que tienen la capacidad de asesorar a los granjeros y trabajar juntos. Testa afirmó que el bienestar animal es la inversión menos costosa para el buen manejo de los animales si se aplica de manera correcta, y que los veterinarios tienen la ventaja de poder dar una visión global de la cría de animales, así como de poder identificar los problemas que puedan aparecer.

En la siguiente intervención, Sean Wensley, del People’s Dispensary for Sick Animals del Reino Unido, debatió si los veterinarios deberían tener un rol importante en la tarea de concienciación sobre bienestar animal, y concluyó que merecía la pena que este colectivo se involucrase de manera más activa en la información para los consumidores, en un contexto en el que cada vez tienen mayor peso de decisión las ONG. Para Wensley, en el día a día se dan problemas para conciliar los intereses económicos con el bienestar animal, pero también demostró que las medidas en este sentido daban buenos resultados en cuanto a la producción.

Del interés de los consumidores surgía el tema de la presentación de David C.J. Main, del departamento de Ciencias Clínicas Veterinarias de la Universidad de Bristol, sobre qué significa adoptar un sello de bienestar animal, que refleja tanto la demanda de información por parte de los consumidores como la importancia de que esa información sea lo más clara posible. Main puso algunos ejemplos de programas que funcionan en el Reino Unido, y señaló la necesidad de contar con una opinión externa para estandarizar los parámetros para que éstos funcionen efectivamente.

El foro se cerró con la presentación de Miyun Park, directora ejecutiva de la organización Global Animal Partnership, dedicada a impulsar el bienestar animal en las granjas desde 2008. Park esbozó los planteamientos de su programa de bienestar animal, cuyos certificados poseen ya más de 2.100 granjas y ranchos en los Estados Unidos. Pero además, destacó el espíritu que anima a la organización, en la que se integran personas procedentes de numerosos ámbitos, algunos de ellos aparentemente irreconciliables. “El bienestar animal no depende de un sector, sino que implica a todos”, puede resumir su ponencia y, en gran parte, la idea global que se extrajo de este foro, cuyas presentaciones, como ya es habitual, estarán disponibles en la dirección http://www.farmanimalwellbeing.eu.