José Mª González

José Mª González

En esta ocasión hemos tenido la oportunidad entrevistar a un gran conocedor del sector ovino, se trata de José María González Saínz, veterinario especializado en pequeños rumiantes que presta sus servicios en Gabinete Técnico Veterinario, S.L.

A lo largo de esta entrevista iremos desgranando todas las claves del sector ovino y su previsible tendencia a corto plazo.

¿Cuáles son,  en su opinión, las repercusiones de la PAC en el sector ovino?

Desde hace tiempo estamos sumidos en un mar de dudas sobre la aplicación de la nueva PAC. Los planteamientos de la PAC parecen más apropiados para otros países europeos, aquí la estructura ganadera es bastante diferente, en especial en el régimen de tenencia de las tierras destinadas a pastos y el uso de esas tierras. Una gran parte de los pastos en España son aprovechamientos temporales de subproductos de otras cosechas y en muchos casos los ganaderos no son propietarios de estas superficies. Estas circunstancias dificultan el cobro de las subvenciones del ganado ovino, en caso de seguir adelante la idea de pago fijo por superficie, ya que esta superficie recibirá el cobro por las cosechas principales y el propietario de la tierra será el principal beneficiario. Además, una quinta parte de las ganaderías ovinas no declaran superficie alguna en las solicitudes de la PAC por lo que no recibirían subvención alguna. Esta situación debería ser subsanada en el reparto final para evitar distorsiones competitivas entre países y comunidades autónomas.

Nos encontramos ante un problema realmente preocupante ya que las ayudas están sustentando a muchas ganaderías, que de otra forma perderían toda su rentabilidad, condenándolas al cierre.

¿Cuáles son las principales problemáticas a las que debe hacer frente el sector?

Sin duda la principal problemática actual es la baja rentabilidad de las explotaciones, que se ve mermada constantemente por el incremento de los costes.  Este aumento no se ve respaldado por el precio de venta de las producciones ganaderas, que en el caso de la carne de ovino arrastra ya cerca de 10 años con unos precios prácticamente congelados y una demanda cada vez menor.

En el caso de las ganaderías de tipo familiar este incremento de costes es absorbido a través de la reducción de las rentas del propio ganadero. En las explotaciones con mano de obra asalariada esto provoca pérdidas económicas importantes ó despido de esta mano de obra.

Por último, nos encontramos con un problema aún más grave, la falta de relevo generacional y el cierre de las explotaciones por esta falta de continuidad. Este punto depende en parte de la rentabilidad de las explotaciones por lo que un incremento de la misma podría mejorarlo, al menos en parte.

Desde su perspectiva y experiencia, ¿hacía dónde tenderá la evolución previsible del ovino de leche y de carne?

En el caso del ovino de carne está muy claro que la carne de ovino es un producto que no se ha sabido promocionar entre los jóvenes. Según un estudio que realizó el Ministerio, el perfil del consumidor de carne de ovino se encuentra en una franja de edad que se corresponde con “gente mayor”, y además ubicado principalmente en poblaciones de menos de 6.000 habitantes de zonas agrarias. A nadie se le escapa que este perfil de la población tiene tendencia a reducirse. En mi opinión INTEROVIC ha de jugar un papel muy importante en acercar al público joven este tipo de carne para mantener su consumo.

Por otro lado estimo que mantendremos la tendencia claramente exportadora, que seguramente se verá acentuada en el futuro. En este sentido creo que debemos mantener las exportaciones, pero no a cualquier precio. En muchos casos la exportación la hemos utilizado de manera defensiva, para poder dar salida a los excedentes de producción, vendiendo fuera al mismo precio que en el mercado interior con tal de poder liquidar esos excedentes. Debemos plantear la exportación de forma estratégica, y no como un aliviadero de excesos de producción que provoca la devaluación de nuestros productos. Debemos conseguir que nuestros productos sean de calidad y apreciados en el mercado exterior por ese diferencial de calidad y poder así alcanzar mejores precios. Pero ante todo debemos tener en cuenta que el mercado interior debe estar convenientemente abastecido. La falta de abastecimiento del mercado interno provocaría la entrada de productos, actualmente menos valorados por el consumidor y por lo tanto se incrementaría la decepción ante el consumo del producto, lo cual llevaría a mayores descensos de consumo.

El ovino de leche es más complejo y resulta difícil predecir una tendencia. Todo dependerá del precio de las materias primas; si el precio de las materias primas desciende la leche obtendrá de nuevo beneficios, si se incrementan, el censo de ovino de leche descenderá.

¿Qué desafíos técnicos se le presentarán al sector ovino en los próximos años?

Los desafíos técnicos para el sector, son muy claros, optimizar recursos, y en este sentido es muy importante el papel del veterinario como asesor. Es fundamental estudiar la estrategia que debe aplicar cada explotación. Es evidente que ya no vale aplicar la misma estrategia y tipo de gestión en todas las explotaciones. Los retos pasan por que los veterinarios dejemos de realizar recomendaciones generales y empecemos a trabajar de una forma mucho más personalizada y acorde con las necesidades de cada explotación.

Los retos futuros, desde el punto de vista del veterinario, van a ser la integración del veterinario dentro de la gestión técnico-económica de las explotaciones y el trabajo del veterinario en el estudio de problemas patológicos particulares de cada explotación. Esto será imposible sin que el ganadero esté convencido de la mejora de la rentabilidad que su explotación puede obtener  contratando este tipo de servicios.

A nivel de sector los aspectos relacionados con la conservación de la carne y el papel que esto juega en la exportación serán los más importantes. De igual manera, la búsqueda y apertura de nuevos mercados para nuestros productos será un reto que deberá afrontar conjuntamente el sector y las instituciones.

¿Qué enfermedades destacaría como de mayor repercusión en el ovino de carne y de leche?

En el marco de la tendencia exportadora será primordial mantener bien controlados los problemas sanitarios que puedan ser usados como barreras comerciales, principalmente la brucelosis y la enfermedad de Schmallenberg; y es posible que Fiebre Q comience a tener peso en este sentido.

Luego tenemos las patologías de siempre, problemas digestivos, respiratorios y abortivos. Estas patologías son las que mayores pérdidas económicas siguen representando para las explotaciones. A las pérdidas económicas clásicas como la mortalidad preparto o postparto, provocada por estas enfermedades, se debe añadir los efectos negativos sobre la calidad del producto final principalmente asociados a los procesos respiratorios. Todas estas enfermedades son procesos multifactoriales y el manejo es un factor determinante en todas ellas. Por ello, la mejora del mismo será un objetivo principal en la denominada patología de la producción. Además, debemos trabajar bajo el enfoque de la medicina basada en la evidencia, es decir, aunar los conocimientos de nuestra experiencia práctica con la mejor información científica disponible.

Desde el punto de vista práctico, la mejora en prevención debe ser nuestra meta pues el uso de antibióticos se irá complicando más y más durante los próximos años. Las necesidades más inmediatas del sector son: mejorar el control de los criptosporidios en el caso de las enfermedades digestivas, caracterizar los agentes etiológicos implicados y elaborar nuevas vacunas en los procesos respiratorios y mejorar los protocolos diagnósticos y prevención en los procesos abortivos. En este sentido es importante que las instituciones sean conocedoras de que la solución de estos problemas comunes deben ser destino prioritario de sus ayudas. Es paradójico como las resistencias parasitarias, muy importantes en otros países pero con escasa repercusión práctica en el nuestro, actualmente, acaparan gran cantidad de las ayudas mientras que las patologías comentadas no son consideradas de interés en los mismos planes de ayuda. En este aspecto debemos pedir un esfuerzo a los laboratorios y a las instituciones para el registro de nuevos productos, aún a sabiendas de conocer la dificultad de obtener rentabilidad de los productos orientados a este sector.

También, sobre todo en el ovino de leche, debemos estar atentos a la agalaxia contagiosa. En mi opinión ésta es la enfermedad peor resuelta de todas las que tenemos en nuestro sector. Se hace necesario establecer grupos de trabajo en los que se establezcan y evaluen protocolos de actuación, tanto ante la presentación por primera vez en una granja, como cuando la enfermedad ya está presente en ella.

¿Cómo valoraría la formación actual de los veterinarios especialistas en ovino? ¿En que áreas cree que debería mejorar?

En mi opinión es fundamental la especialización, y aquí los Colegios Veterinarios tienen un papel muy importante. Es frecuente oír hablar de especialización en pequeños animales, especialización en ganado equino, etc., pero no se está hablando de especialización en ganado ovino, y creo que esto es un grave error. Los veterinarios de ovino podemos y debemos especializarnos. Esta especialización, sin duda, redundará en la revalorización de los técnicos en el campo.

Para finalizar me gustaría romper una lanza en favor de la Sociedad Española de Ovinotecnia y Caprinotecnia (SEOC) ya que creo que ha sabido captar lo que realmente necesitan los veterinarios en materia de formación y están haciendo un magnífico trabajo de promoción dentro de este colectivo veterinario.